Este municipio forma parte de:
Los Villares - Jaén Paraíso Interior

Los Villares
Municipio situado al nordeste de la comarca de Sierra Sur, muy próximo a Jaén capital. Esta circunstancia, unida a la abundancia de agua en esta zona y a la climatología suave del verano, hacen que sea un lugar ideal para el descanso en la temporada estival.
El casco urbano está situado en una vaguada próxima a la confluencia de los ríos Eliche y Frío, que junto con múltiples arroyos recorren su término municipal y abastecen el pantano de Quiebrajano, lugar interesante desde el punto de vista ambiental. Su situación geográfica le hace disfrutar de parajes de gran belleza.
La economía del municipio se basa principalmente en el cultivo del olivar de secano, la artesanía de la mimbre supone la segunda fuente de ingresos. También debemos citar la producción de embutidos, la artesanía del esparto y de otros vegetales y señalar, en los últimos años, el envasado de agua mineral en el nacimiento del Río Frío.
Entre su patrimonio histórico-artístico destaca la Iglesia de San Juan Bautista del siglo XV, las Casas Capitulares del Ayuntamiento, inauguradas en 1775, y el Palacio del Vizconde.
Información
Zona turística: Jaén y Sierra Sur
Distancia a la capital (km): 13
Altitud sobre el nivel del mar (m): 521
Extensión (km2): 89
N° de Habitantes: 4860
Gentilicio: Villariegos
Código postal: 23160
Ayuntamiento
Plaza de Fernando Feijoo, 1
Cultura
De su patrimonio histórico-artístico, destacamos:
- Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. En la primera mitad del siglo XVI se construye el templo original, muy reducido, y en el XVIII fue necesario ampliarlo y reformarlo, pero de nuevo en el siglo XIX fueron necesarias algunas remodelaciones. En la Guerra Civil española, la parroquia fue incautada y desmantelada, perdiendo el reducido, pero interesante patrimonio mueble. En líneas generales conserva su primitiva disposición típica de la arquitectura manierista. Consta de una sola nave con reducidas hornacinas en sus muros, breve crucero cubierto con cúpula de media naranja, una capilla lateral y coro a los pies del templo. La fachada principal es muy sencilla. Conserva una reducida pero selecta colección de orfebrería.
- Casa del Vizconde o Casa Grande, como la denominan los villariegos. Es el edificio más notable del pueblo. Una casa solariega que sigue los modelos renacentistas rurales castellanos y de la alta Andalucía. Las fachadas realizadas en excelente sillería. Sobre la puerta principal el tradicional balcón señorial y coronando la fachada la habitual solana abierta en ocho arcadas de medio punto, coronadas por un elegante alero. Interiormente se conservan el ...
Cultura
De su patrimonio histórico-artístico, destacamos:
- Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. En la primera mitad del siglo XVI se construye el templo original, muy reducido, y en el XVIII fue necesario ampliarlo y reformarlo, pero de nuevo en el siglo XIX fueron necesarias algunas remodelaciones. En la Guerra Civil española, la parroquia fue incautada y desmantelada, perdiendo el reducido, pero interesante patrimonio mueble. En líneas generales conserva su primitiva disposición típica de la arquitectura manierista. Consta de una sola nave con reducidas hornacinas en sus muros, breve crucero cubierto con cúpula de media naranja, una capilla lateral y coro a los pies del templo. La fachada principal es muy sencilla. Conserva una reducida pero selecta colección de orfebrería.
- Casa del Vizconde o Casa Grande, como la denominan los villariegos. Es el edificio más notable del pueblo. Una casa solariega que sigue los modelos renacentistas rurales castellanos y de la alta Andalucía. Las fachadas realizadas en excelente sillería. Sobre la puerta principal el tradicional balcón señorial y coronando la fachada la habitual solana abierta en ocho arcadas de medio punto, coronadas por un elegante alero. Interiormente se conservan el ...
Cultura
De su patrimonio histórico-artístico, destacamos:
- Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. En la primera mitad del siglo XVI se construye el templo original, muy reducido, y en el XVIII fue necesario ampliarlo y reformarlo, pero de nuevo en el siglo XIX fueron necesarias algunas remodelaciones. En la Guerra Civil española, la parroquia fue incautada y desmantelada, perdiendo el reducido, pero interesante patrimonio mueble. En líneas generales conserva su primitiva disposición típica de la arquitectura manierista. Consta de una sola nave con reducidas hornacinas en sus muros, breve crucero cubierto con cúpula de media naranja, una capilla lateral y coro a los pies del templo. La fachada principal es muy sencilla. Conserva una reducida pero selecta colección de orfebrería.
- Casa del Vizconde o Casa Grande, como la denominan los villariegos. Es el edificio más notable del pueblo. Una casa solariega que sigue los modelos renacentistas rurales castellanos y de la alta Andalucía. Las fachadas realizadas en excelente sillería. Sobre la puerta principal el tradicional balcón señorial y coronando la fachada la habitual solana abierta en ocho arcadas de medio punto, coronadas por un elegante alero. Interiormente se conservan el patio principal que organiza el edificio, la señorial escalera cubierta con una bóveda y algunas ménsulas y zapatas de labradas maderas, también algunos restos de pinturas y artesonados.
- Casas Capitulares del Ayuntamiento. Se construyen en el siglo XVIII. Las líneas arquitectónicas son muy sencillas y severas, basadas en las directrices dadas al efecto por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El edificio se inauguró en 1775 y recientemente ha sido rehabilitado conservando su primitivo aire dieciochesco.
Naturaleza
La totalidad del término de Los Villares se encuentra enmarcado en el ámbito de lo que geográficamente se conoce como Sierra Subbéticas.
Geomorfológicamente el territorio está compuesto por una sucesión de crestas y valles de diferente envergadura, localizándose el núcleo urbano en una gran depresión, que está flanqueada por la Sierra de Jabalcuz al norte, la Sierra de la Pandera al sur, el Cerro del Viento al oeste, y las Cimbras al este.
La gran cantidad de barrancos y arroyos temporales que se originan en las zonas más altas, convergen en dos ríos principales: el Río Eliche y el Río Frío. Ambos nacen en el término de Los Villares.
Los dos confluyen fuera del término municipal, abandonando Los Villares por el paraje conocido de Los Cañones, en el límite con el término municipal de Jaén.
La vegetación ha experimentado una profunda transformación a lo largo de la historia: la mayor parte del territorio se dedica en la actualidad al cultivo del olivar en régimen de secano. La vegetación original se correspondía con encinares, bosques de ribera en el entorno de los ríos, matorrales y pastos de montaña en las zonas más altas y rocosas.
En la actualidad, aunque no son muchos los lugares en los que se puede observar la vegetación original, sí se pueden apreciar algunos ejemplos:
- Encinares y coscojales en las zonas altas de Jabalcuz.
- Bosque de ribera en el Río Eliche y en el Río Frío.
- Encinar y quejigar en el paraje de El Espinar y en el paraje de Puerto Viejo.
La fauna está integrada en su mayoría por animales de tamaño mediano o pequeño. La gran fauna vertebrada asociada a los bosques y matorrales resulta muy escasa en la actualidad por la transformación agrícola y por la persecución que sufrieron muchas especies. Los grandes mamíferos ibéricos: el oso, el lobo y el lince… desaparecían. Otras especies de gran valor natural como el águila real o el búho real aún mantienen algunas parejas.
Por lo que respecta a la fauna de menor tamaño, además de los invertebrados, resulta especialmente interesante las aves insectívoras, por el papel ecológico que desempeñan. Pájaros como el mirlo, el zorzal, el petirrojo, la curruca… juegan un papel muy importante en el control de insectos que pueden convertirse en plagas del olivar.
- Nacimiento de aguas en Riofrío. Es un área recreativa, totalmente equipada, donde poder disfrutar del ecosistema típico ribereño, caracterizado por la abundancia de agua y la presencia de numerosas y variadas especies vegetales y de aves. Se llega por la carretera en dirección a Valdepeñas de Jaén, desde la que nos desviamos a la izquierda, tras recorrer unos 5,5 Km., por un camino que conduce a este enclave.
- Puerto de la Hoya. Donde todavía es posible encontrar una pequeña gruta con estalactitas y estalagmitas a solo unos kilómetros del pueblo. Por esta parte de la Sierra sorprende la exuberante vegetación al otro lado del Puerto del Aire.
- Las Cimbras y la Cerradura.
- La cumbre del Jabalcuz (1.614 m.s.n.m.): Desde donde se divisan las tres unidades morfológicas que constituyen la provincia de Jaén. Al fondo en el Norte Sierra Morena; a nuestros pies el valle del Guadalquivir y la Campiña; y el suelo en el que pisamos es la primera formación de las Sierras Béticas. La cumbre es de fácil acceso por el Este (Carretera de Los Villares a Jaén) o por el Oeste desde Torredelcampo. Estos dos accesos se pueden realizar en bicicleta a través de un carril.
Fiestas y Eventos
Además de la celebración de las fiestas de La Navidad, los Carnavales y la Semana Santa, en Los Villares, se celebran estas fiestas:
- Fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, patrona de Los Villares desde 1781. Se celebran entre el 6 y el 10 de octubre. El día 6 hay un concurso de carrozas, preparadas por los vecinos que desfilan por las principales calles del pueblo. El día más importante, “Día Gordo”, es el día 7. Este día una procesión con la patrona recorre las calles del centro del pueblo. Durante estos días se suceden las actividades culturales, competiciones deportivas, concursos de bailes y animadas verbenas nocturnas.
- Fiestas de San Juan. Las fiestas tienen lugar entre el día 23 y 26 de junio. Los vecinos engalanan las calles del barrio que corresponda ese año. El día 23, víspera de San Juan, se organiza la tradicional hoguera entorno a la que se reúnen los vecinos para beber, comer y divertirse. Al día siguiente, el 24, día de San Juan, se celebra la procesión que recorre las calles de la verbena y al final la imagen quedará alojada en una de las casas del barrio.
- El domingo siguiente a la verbena se celebra la tradicional romería con la imagen de San Juan que será llevada hasta su ermita en Cerro Viejo. Los villariegos se trasladan a la ermita de San Juan donde pasarán una jornada campestre.
La Gastronomía
De los platos más típicos de la localidad, citaremos:
- Atascaburra, es una ensaladilla de patatas cocidas, bacalo, tomate, cebolla, ajo, huevos duros y atún.
- Pipirrana villariega, ajos machacados, pimientos verdes, tomate maduro y pelado, medio vaso de zomo de oliva y sal.
- Choto de Los Villares.
De la repostería citamos: Dulce de Patas de Cabra (hecho con crema y bizcocho), Alfajor casero (azúcar y almendras), Pan de Higo (masa de higos secos con almendras).
Historia
Antes de la fundación de Los Villares, tal como lo conocemos hoy día, hay indicios que nos hacen pensar que por este lugar pasaron pueblos íberos, romanos, árabes y otras civilizaciones prehistóricas, dados los restos encontrados en el término municipal. Algunos de estos restos, monedas, joyas, piezas, utensilios… se encuentran en el Museo Arqueológico de Jaén.
Los Villares, como ahora lo conocemos, fue fundado en el marco de la política de repoblación de las zonas fronterizas con el reino de Granada por la Corona de Castilla, con el fin de proteger y defender los caminos.
En 1508, el Concejo de Jaén, solicita a la reina Doña Juana, la repoblación de varios lugares en los términos y sierras situados dentro de la jurisdicción.
Por Real Cédula, la reina dispone todo lo necesario para fundar estas poblaciones y al mismo tiempo hace referencia a la necesidad de proteger estos lugares y sus propiedades para que puedan ser habitados. Al ser una zona con agua, disponían de huertas y molinos de pan.
La fundación no fue inmediata. El pueblo comienza su andadura en 1538, después del reparto de tierras y el trazado de la ciudad. En Los Villares, lo mismo que en el resto de núcleos repoblados, se implantó un urbanismo colonial hipodámico heredado de los castros romanos.
Sus primeros habitantes fueron labradores de la ciudad de Jaén y también soldados de la guardia del Emperador.
A mediados del siglo XVIII, su población había aumentado y además de las explotaciones agrícolas, alcanzó un desarrollo artesanal, ganadero y comercial. En el siglo XIX tiene una importante producción de cereales, frutales, vid y olivo, siendo este el más destacado, también cría de ganado. Sus industrias son notables, dispone de varios molinos harineros y de aceite más dos alfarerías.
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