Ruta
de los Castillos del Renacimiento

Esta ruta se centra en los dominios de Francisco de los Cobos en las inmediaciones de su ciudad natal, cuando adquiriera las villas de Canena y Sabiote, donde hizo de antiguas fortalezas militares sendos castillos residenciales, siempre con un papel activo por parte de Vandelvira.
La ruta está articulada por la carretera N-322.

Sabiote

A 8 km de Úbeda por la carretera comarcal A-6103, encontramos la villa de Sabiote, comprada con todo su término y habitantes por Francisco de los Cobos en 1536 a la Orden Militar de Calatrava. La mano del héroe pronto se vería en la reconstrucción del antiguo castillo musulmán o en el impulso dado a la iglesia parroquial o en la fundación del convento de las Carmelitas Descalzas por parte de su viuda. El nombre de Andrés de Vandelvira aparece en algunas de esas obras e incluso poco antes, en una de las primeras citas que tenemos del arquitecto en Jaén, aparece en Sabiote haciendo valoraciones de obras. Su hijo Alonso también viviría aquí hasta su traslado a Sevilla.

La iglesia de San Pedro, la iglesia parroquial, iniciada en tiempos del obispo Suárez, a principios del siglo XVI, adopta la planta del salón con bóvedas abovedadas, tan típico del maestro, y utiliza el mismo tipo de soportes como el de Villacarrillo. Posteriormente, su colaborador, Alonso Barba, acabó asumiendo el proyecto, finalizando en el siglo XVII. Un detalle singular es el arco exterior como estribo por su dificultad técnica, elogiado por Alonso de Vandelvira como el virtuosismo del canteril del padre.

El Castillo, próximo a la iglesia, transformó la antigua fortaleza islámica en un moderno castillo-residencia con muros pensados para las exigencias defensivas de la artillería de la época siguiendo los modelos italianos. En la parte residencial, casi perdida, hay restos ornamentales de relieves y capiteles de extraordinarias formas clásicas.

El convento de las Carmelitas Descalzas fue fundado por Dª María de Mendoza en 1584. Con una iglesia y un claustro clásico y sobrio, en el que intervendrá Alonso de Vandelvira.

A las afueras del pueblo se encuentra la ermita de San Ginés de la Jara, patrón del pueblo, construida en el siglo XVIII. La mejor manera de explorar a pie es el centro histórico alrededor del castillo y la iglesia, con el pintoresco barrio de Albaizín. Las mejores vistas, desde el castillo sobre el valle del Guadalimar.

Sabiote tiene pequeños hoteles "con encanto" y su cocina ofrece platos tradicionales de pasta de la montaña y carnes de caza.

 

Rus

Es la primera villa que encontramos en el camino con huella y presencia de Vandelvira, a siete kilómetros de Úbeda, pero conviene detenerse dos kilómetros antes en el Santuario de La Yedra, donde se conserva el milagroso Cristo de igual nombre, y objeto de romería de la cercana Baeza. La ermita es clasicista, de principios del siglo XVII con camarín barroco de mediados del siglo XVIII.

En Rus hay que visitar la iglesia parroquial de La Asunción, construida en el último tercio del siglo XVI sobre traza de A. de Vandelvira, aunque casi con seguridad acabado por su colaborador y discípulo, Alonso Barba, dentro del esquema de templo basilical de naves separadas por columnas y cubierto con bóvedas vaídas.

A tres kilómetros de Rus, dirección norte, se encuentra El Mármol, lugar que fue una villa más dentro del territorio de la familia Cobos-Molina, ya que fue adquirida por Juan Vázquez en 1573, y cuyo escudo familiar campea en la Fuente del pueblo a tamaño monumental, por encargo del nuevo propietario. La iglesia de Nuestra Señora de la Paz, es la otra pieza a destacar. Levantada por las mismas fechas que la de Rus, es sin embargo más sencilla, de una nave, pero casi con seguridad traza también de Vandelvira. Tiene un interesante retablo en yeso, de comienzos del siglo XVII.

Dentro del término Municipal de Rus, pero pasado El Mármol, junto al antiguo camino de Toledo, se encuentra el original Oratorio rupestre de Valdecanales, construcción troglodita a modo de hipogeo, para el que se han barajado fechas entre el siglo VII y X de nuestra era, vinculado más con los mozárabes perseguidos por el Califato, que con los visigodos a los que en un principio se vinculaba. En cualquier caso, un monumento singular en su género de enorme interés histórico.

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Canena

La villa comprada por Francisco de los Cobos en 1538 a la Orden de Calatrava, tiene en su Castillo, el elemento patrimonial de mayor relieve, transformado o adaptado su estructura típica bajo medieval a una residencia renacentista, articulada por un magnífico patio clasicista y con una galería en alto abierta en la galería sur, auténtico “belvedere” sobre el pueblo y los dominios señoriales de Cobos. Iniciadas las obras por los maestros Tolosa y Castillo “el Viejo”, al final será Vandelvira quien lo termine.

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción, construida a mediados del siglo XVI, responde a una variante de templo de tres naves separados por pilares y grandes arcos formeros y cubierta de armadura para la nave y acasetonada de cañón para el presbiterio.

Significativo para Canena es también el Balneario de San Andrés, aprovechamiento de unas viejas termas romanas, se piensa, hoy convertido en un moderno establecimiento de salud y recreo.

Podemos completar nuestra ruta continuando por la N-322 hasta el cruce con la carretera J-6101 y desde allí volver a Baeza, o bien continuar hasta la cercana Linares, donde encontramos una de las últimas intervenciones de Vandelvira en su servicio a la Iglesia de Jaén: el Templo parroquial de Santa María, cuya monumental cabecera y crucero señalan una interesante operación de transformación del antiguo templo gótico, que continúa en el cuerpo de la iglesia al quedar interrumpida con la muerte del arquitecto la continuidad de la obra.

Linares, villa minera, que se independizó de Baeza en el siglo XVI, adquiriría posteriormente rasgos capitalinos por su gran desarrollo a partir del siglo XIX, gracias a las minas y al ferrocarril, con una destacada arquitectura ecléctico-historicista, además de una fachada barroca del más puro estilo granadino-cordobés: la del antiguo Hospital de san Juan de Dios, de la mitad del siglo XVIII, y un importante Museo Arqueológico, abastecido sobre todo por el rico yacimiento de la antigua Cástulo romana. Posee además un buen comercio y excelentes bares de “tapas”

Si optamos por esta prolongación hacia Linares, la ruta podemos llevarla diez kilómetros más allá en dirección sur por la carretera A-302, hasta el vecino pueblo de Jabalquinto. Antes de llegar a este punto, en el punto kilométrico 1,9 encontramos el Castillo de Tobaruela, iniciado en el último cuarto del siglo XV por el Señor de Tobaruela, Alonso López de Carvajal, pero que debe encuadrarse dentro de este tipo de castillos residenciales.

En Jabalquinto, descuella el Palacio de los Benavente, señores de Jabalquinto, obra del siglo XVI, pero ampliada y transformada en los siglos XIX y XX, ahora restaurado, y la Iglesia parroquial de la Encarnación, cuya portada de riguroso clasicismo tiene todos los rasgos de Vandelvira.

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Úbeda

Ciudad fuertemente amurallada, que transmite en cierta medida la importancia militar que tuvo en la Edad Media tanto del punto de vista estratégico, como de su propia estructura social, conoció también por su actividad comercial y artesanal una bonanza económica a la que vino a sumarse en el siglo XVI un importante relieve en lo políticorepresentativo y en lo cultural al ser cuna de grandes hombres de Estado, como fueron Francisco de los Cobos y Juan Vázquez de Molina, Secretarios respectivamente de Carlos V y Felipe II, y de otros preclaros miembros de esta familia, que con puntuales empresas constructivas (palacios, iglesias u hospitales) dieron una singular impronta renacentista a Úbeda.

La declaración de conjunto monumental tiene su núcleo en la Plaza del Salvador, presidida por el templo funerario de El Salvador, panteón de Francisco de los Cobos y María de Mendoza, su mujer, diseño de Diego de Siloé, siguiendo modelos clásicos de rotonda inspirada en el Panteón de Roma conectada a una nave, algo ya experimentado en la catedral de Granada. Andrés de Vandelvira, que fue maestro ejecutor, aportó de su cosecha la traza de la sacristía, con original portada abierta en ángulo, y las dos portadas laterales.

Dos palacios alineados en el lado norte de la plaza configuran el espacio junto a otro, en el lado opuesto, recientemente rescatado por la arqueología, el de los Orozco. Los dos primeros pertenecieron, el más próximo a la Capilla de El Salvador, al clérigo, Hernando Ortega, conocido como el Deán Ortega, por ostentar ese cargo en la catedral de Málaga, hombre de confianza de Cobos, hoy convertido en Parador Nacional de Turismo. El otro, el llamado “Palacio de las Cadenas”, fue encargo de Juan Vázquez de Molina (actual sede del Ayuntamiento). Ambos edificios son obra de Andrés de Vandelvira y suponen dos versiones del tema clásico de la casa romana, pero con originales interpretaciones del autor.

Frente al palacio de Vázquez de Molina, la medieval Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares, iglesia de mayor rango de la ciudad, construida entre los siglos XIII y XVII, si bien la mayor parte de su fábrica estructural de tres naves y claustro, se puede fechar en las postrimerías del siglo XV, dentro de un estilo gótico-mudéjar. Sólo las fachadas exteriores responden a comienzos del XVII, luego reformada en el siglo XIX. A destacar en su interior sus capillas por su arte mobiliar renacentista, en particular la serie de rejas del Maestro Bartolomé.

Al lado meridional de la plaza se eleva ligeramente el núcleo del antiguo Alcázar, hoy muy despoblado, pero donde pueden verse casas muy interesantes de tradición popular con curiosos elementos de signo hebraico en sus portadas, como correspondientes a lo que fue antigua judería.

A espaldas de la Capilla de El Salvador, el Hospital de Honrados Viejos, forma parte de las mejoras asistenciales que Cobos concibió para la ciudad, en este caso sobre una fundación hospitalaria ya existente desde fines del siglo XIV, también con trazas en la ampliación y reforma de Vandelvira, y que enlaza casi con el inacabado Palacio de Francisco de los Cobos, en la calle que lleva su nombre, iniciado con trazas del arquitecto real, Luis de Vega.

Continuando el recorrido al norte de la plaza del Salvador, otra importante plaza centra el corazón de la Úbeda gótica: Plaza de San Pablo o del Mercado, articulada en torno a la iglesia parroquial de San Pablo, templo gótico del siglo XIV y XV con una portada, la de “los carpinteros”, más antigua, del siglo XIII, a los pies, y el primitivo Ayuntamiento, que muestra una bella logia renacentista.

En el entorno de esta plaza se encuentra el convento carmelita de San Miguel, con el Oratorio de San Juan de la Cruz, donde muere el santo en 1591, aunque es obra del siglo XVIII, reedificado donde estaba su celda. Ahora aloja un Museo con objetos y recuerdos del santo. No lejos de éste convento, en la calle Montiel, está el convento femenino del Carmelo con el título de La Concepción, fundado a fines del siglo XVI y construido a lo largo del XVII. Tiene también Museo con importantes obras suntuarias. También se halla cerca el Museo Arqueológico, instalado en una casa mudéjar del siglo XV, y algunas casas palaciegas de los siglos XVI y XVII, entre un dédalo de callejas de trazado medieval.

Hacia el sector occidental del núcleo intramuros y a espaldas de la plaza de San Pablo, la Calle Real, es la principal arteria que une la plaza de El Salvador con la Puerta de Toledo. En ella se sitúa el Palacio de Vela de Cobos, obra de Andrés de Vandelvira, ya de sus últimos años, reformado interiormente, pero con elegante y original fachada. Metros más arriba el Palacio del Conde de Guadiana, de tipo turriforme, fechado a principios del XVII, resume bien las influencias vandelvirianas.

A espaldas de éste, la iglesia parroquial de San Pedro, de origen medieval con portadas tardorenacentistas, y el Convento de Santa Clara, fundación franciscana del siglo XIII, donde un día se alojó la reina Isabel la Católica, y próximo a él, otro palacio, traza de Vandelvira, el del Marqués de la Rambla.

Piezas interesantes de este sector, en su parte meridional, son la Casa de las Torres, obra renacentista temprana, mandada construir por el caballero don Andrés Dávalos, y cerca de ella las iglesias de San Lorenzo y la de Santo Domingo.

Fuera del recinto amurallado, en lo que eran los arrabales de la ciudad, destacan las iglesias parroquiales de San Nicolás y San Isidoro, ambas de origen gótico pero con importantes elementos renacentistas relacionados directa o indirectamente con Vandelvira. La primera de ellas debe a Vandelvira el diseño de su portada principal, una original capilla de bautismo, obra de su madurez, y quizás una de sus primeras intervenciones en Úbeda: la capilla del Deán Ortega, y con clara influencia vandelviriana su Sacristía. En San Isidoro, una amplia reforma iniciada poco después de la muerte de Vandelvira por su colaborador, Alonso Barba, siguiendo muy de cerca el esquema de la catedral de Jaén, pero interrumpido a la altura del crucero se continuó de forma sobria con una sola nave en el siglo XVII.

Igualmente es de resaltar la iglesia y convento de la Trinidad, estratégicamente situado frente a la Puerta de Toledo y a la muy interesante Torre del Reloj, cuyo airoso cuerpo superior es diseño de Vandelvira (1561). El convento es fundación medieval, que tiene un amplio y elegante claustro renacentista y una iglesia barroca del siglo XVIII.

Pero la pieza indiscutible de los arrabales es el Hospital de Santiago, fundado por el obispo de Jaén, Diego de los Cobos, en 1560, y la obra de más aliento de A. de Vandelvira en plena madurez, donde su arquitectura se hace más abstracta, desprendida de ornamentaciones superfluas. A destacar dentro de él, la escalera, el patio central y la capilla-panteón.

Úbeda posee una rica tradición artesanal, principalmente cerámica y de espartería. Dada asimismo su larga tradición comercial, el visitante encontrará una buena oferta de todos estos objetos en numerosas tiendas en sus paseos por la ciudad. No obstante es muy recomendable la visita al barrio de los alfareros, antigua parroquia o colación de San Millán, vertebrada por la calle Valencia, a la que llegamos saliendo por la histórica Puerta del Losal. Allí se pueden visitar los alfares de Titos o el de los Hermanos Alameda, de reconocido prestigio.

Al igual que en Baeza, Úbeda ofrece una magnífica serie de establecimientos hoteleros, ubicados en antiguos palacios.

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