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ETAPA 21: Refugio Era del Fustal – Área Recreativa Peña del Olivar

Recorriendo esta etapa nos adentraremos en uno de los más peculiares santuarios de la naturaleza en el sur de Europa: el bosque de acebos de Las Acebeas. La mayor parte de la ruta se hace por estrechas sendas tradicionales, y en buena parte de ellas nos deleitaremos con espléndidas vistas panorámicas.

La ruta pasa por el curioso Pozo de la Nieve, donde antiguamente se almacenaba la nieve para usarla durante el verano. Después, una deliciosa vereda llanea bajo la llamativa formación geomorfológica de la Piedra del Agujero mientras a lo lejos divisamos el Calar del Mundo. Hacia el final de la etapa, nos internaremos en otro soberbio bosque mediterráneo, el del Bucentaina, donde abunda el madroño. En el área recreativa Peña del Olivar, donde la etapa finaliza, podremos comer, descansar y hasta darnos un buen baño, además de visitar su interesante colección botánica.

Muy cerca del final de la etapa está Siles, un tranquilo pueblo serrano situado en la zona de transición entre el olivar y el pinar. Desde este pueblo, que es el que está situado más al norte en el parque natural, se pued ...

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Información técnica

Nombre de Ruta Rutas Bosques GR247

Rutas Bosques GR247 21: ETAPA 21: Refugio Era del Fustal – Área Recreativa Peña del Olivar

HUSO 30S

COORDENADAS Según Proyección UTM Datum European 1950:

Refugio Era del Fustal: x536615 y4240606
Área R. Peña del Olivar: x536888 y4247085

COORDENADAS Según Proyección UTM Datum ETRS89:

Refugio Era del Fustal: x536504 y4240394
Área R. Peña del Olivar: x536776 y4246877

DISTANCIA TOTAL (EN KILÓMETROS)12450

Tramo de asfalto o cemento 0 %

Tramo de pista o camino forestal o rambla 32,77 %

Tramo de senda 67,23 %

tramos-de-Vía-pecuaria 0 %

TIEMPO DE MARCHA ESTIMADOO

3 h 55 m

DESNIVEL MÁXIMO611 m

186 m
788 m

DIFICULTAD. VALORACIÓN SEGÚN MÉTODO MIDE

2

MEDIO.

Severidad del medio natural

2

Irinerario

Orientación en el itinerario

2

Desplazamiento

Dificultad en el desplazamiento

3

ESFUERZO.

Cantidad de esfuerzo necesario

DISTANCIA TOTAL (EN KILÓMETROS) 19540 M

Inicio

El punto de inicio de la Etapa se encuentra en el cruce conocido como de La Era del Fustal, donde la carretera que sube a la Sierra desde Segura de la Sierra confluye con la que sube desde Siles a Las Acebeas y continúa hacia Río Madera y Pontones.

Final

Al punto de finalización de la Etapa se accede desde Siles, por la carretera forestal JF-7012 denominada Camino de Las Acebeas.

PUNTOS INTERMEDIOS

LUGAR

POSICIÓN

TIPO DE VÍA

Monte Acebeas

Km 3,2

Pista forestal

La Fresnedilla

Km 5

Pista forestal

CICLABILIDAD

La mayor parte de la Etapa se desarrolla por senda. Se ruega recorrer a pie los 800 metros que median entre el Barranco de Los Acebos y la Casa Forestal Las Acebeas (puntos 2 y 3) para minimizar en lo posible el impacto ambiental de nuestro paso y no molestar a los caminantes. Cortos repechos y piedra suelta en el entorno de la Piedra de los Agujeros. Tramos con fuertes pendientes en la cara norte del Bucentaina.

PUNTOS DE AGUA

Casa Forestal de Las Acebeas, fuente del Pozo de la Nieve, fuente del Noguerón, Área Recreativa Peña del Olivar.

PUNTOS DE AVITUALLAMIENTO

En el sendero: No hay
Cerca del sendero: Siles y su entorno, Segura de la Sierra, Orcera

TÉRMINOS MUNICIPALES Y POBLACIONES

Siles Benatae

Rutómetro

Refugio Era del Fustal

Salimos del Refugio junto a la carretera hacia Siles por una pequeña senda a la izquierda. Estamos en un área de reserva (Zona de Protección Grado A, es decir, la máxima dentro del parque natural), lo cual hay que recordar en todo momento para extremar el respeto al medio. Vamos a internarnos en un bosquete de acebos, una formación vegetal absolutamente excepcional en el sur de España. Desde el principio, caminamos por un bosque frondoso y diverso, con pinos salgareños y negrales, quejigos, encinas, majuelos, e incluso arces y melojos. A los cinco minutos de marcha, aproximadamente, veremos el primer acebo.

Barranco de Los Acebos

Llegamos a este lugar legendario de la flora andaluza. Bajo los pinos, la densidad de acebos es aquí máxima, y el tamaño de sus ejemplares, sorprendente. El ambiente es oscuro y nos sentimos totalmente envueltos por una atmósfera propia de un bosque del centro o norte de Europa. Es un lugar para detenerse, observar y sentir. Tras pasar el Barranco entra algo más de luz, y por tanto la diversidad de especies es mayor. La limpieza de este corto tramo del sendero Bosques del Sur ha sido somera para respetar al máximo el valor ecológico del entorno, por lo que en el camino hay helechos y ramas de avellanos, acebos, majuelos y rosales que pueden molestar. Hasta llegar a la casa forestal de Las Acebeas, caminamos por un tramo especial donde conviene ir despacio disfrutando con sosiego de todos los detalles de su flora. Pasaremos junto a una pequeña balsa redonda, que era donde se acumulaba el agua para regar la huerta de la familia del guarda forestal, cuando este vivía permanentemente en la casa forestal a la que vamos a llegar enseguida.

Casa Forestal de Las Acebeas

Este punto es un cruce estratégico en esta etapa. La casa forestal de Las Acebeas se conserva en uso, y la valla que la rodea suele estar cerrada. Es una casa grande y hermosa, con varios acebos y un tejo plantados en su puerta. En la actualidad está previsto su uso como sede de un observatorio de seguimiento del cambio climático a través del análisis de la evolución de la vegetación del parque natural. El lugar no puede ser más adecuado, pues nos encontramos en un bosque cuya particularidad deriva precisamente de la relación entre vegetación y cambio climático. Cuando este era de origen exclusivamente natural, la vegetación del norte de Europa se refugió en estos parajes durante la última glaciación, para luego permanecer aquí buena parte de ella a pesar de la suavización de las condiciones climáticas del actual periodo postglaciar.

En este punto podemos optar por subir a Navalperal, a la izquierda, por el sendero señalizado PR-A 176, que forma parte del sendero Bosques del Sur como derivación 10 y cuy ...

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Cruce con pista forestal

Llegamos a una ancha pista forestal que, salvo en sus primeros metros, tiene muy poco desnivel. Aquí abandonamos el área de reserva y caminamos por un buen pinar de pino laricio o salgareño.

Pozo de la Nieve

Llegamos a una fuente de caudal permanente y, a pocos metros de ella, vemos el Pozo de la Nieve, una robusta y escondida construcción de piedra donde antiguamente se almacenaba la nieve, que se convertía en hielo de manera artesanal para su transporte y uso durante el verano por parte de quienes se podían permitir ese lujo. El pozo donde se almacenaba y prensaba la nieve está actualmente tapiado por razones de seguridad, por lo que en el interior de la construcción solo queda una pequeña estancia a modo de pequeño refugio. Unos 150 metros más adelante abandonamos la pista y seguimos de frente por un camino que pronto se convertirá en una bellísima senda tradicional. De aquí en adelante nuestro GR coincide con varios senderos de pequeño recorrido (PR), por lo que muchas de las balizas del sendero Bosques del Sur llevan los colores blanco, rojo y amarillo.

Esta zona es más soleada, por lo que la vegetación se va haciendo más termófila. Abunda la encina y aparecen las jaras, mientras el pino laricio se mezcla con roda ...

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Senda hacia la Piedra de los Agujeros

En este punto arranca a la izquierda una diminuta senda sin señalizar y con bastante pendiente que nos conduciría hacia el entorno de la Piedra de los Agujeros, un curioso hito geomorfológico a 1304 metros de altitud que es un ejemplo de relieve uniformé en dolomías. Si decidimos subir, contemplaremos hermosas vistas en todas las direcciones. Siguiendo nuestra ruta, más adelante, si giramos la vista hacia atrás podremos observar la Piedra, de la que habitualmente solo se ve un agujero, pero que desde determinados ángulos puede comprobarse que tiene una segunda abertura larga y muy estrecha, de ahí su nombre. Desde nuestra senda continuamos gozando de buenas vistas hacia el este, además del placer de recorrer un viejo camino con calzos de piedra seca, lo que hace volar nuestra imaginación hacia un pasado en el que construir estas vías de comunicación costaba un enorme esfuerzo. Al frente aparece la inconfundible Muela de Bucentaina.

Collado de Mirahueta

La senda desemboca en un camino algo más ancho. Unos metros antes, a nuestra izquierda, conviene desviarse unos cuantos pasos a un magnífico mirador natural hacia la vertiente opuesta. Estamos en el Collado de Mirahueta, donde pasamos del monte Navalperal al monte Bucentaina, y desde el citado mirador nos sorprende una vastísima panorámica hacia el oeste, con grandes bosques, la pequeña aldea de La Hueta, los montes Peñalta y El Yelmo, Sierra Oruña y, a lo lejos, las Sierras de Las Villas y de Cazorla.

Siguiendo nuestra ruta, pronto comprendemos por qué el Bucentaina es uno de los montes con mejor vegetación mediterránea del parque natural. Bajo el pinar de negral crece un potente sotobosque de encinas, enebros, olivillas (Phyllirea angustifolia) y algunos madroños y cornicabras. Estas últimas aportan una bella pincelada cromática en otoño. Al frente vemos las montañas albaceteñas antes citadas y el pequeño pueblo de Cotillas.

Cara norte del Bucentaina

Nuestra ruta desemboca en una pista forestal que rodea todo el Bucentaina. Caminamos por ella durante unos metros para llegar a un pequeño llano despejado, por el que pasa un cortafuegos y desde el que hay magníficas vistas. En él giramos a la izquierda por una pequeña senda y cambiamos de vertiente. La senda comienza enseguida a bajar vertiginosamente, internándose en la cara norte del Bucentaina. Si en la cara este, por la que venimos, había un buen sotobosque, la cara norte luce una vegetación espectacular que nos envuelve por completo. El ambiente se torna más umbrío y aparece una apretada cobertura de especies nobles, entre las que destacan el madroño y el durillo (Viburnum tinus). En el kilómetro 10,2 llegamos de nuevo a una pista forestal, que abandonamos de inmediato para seguir por nuestra extraordinaria senda. De cuando en cuando las vistas se van abriendo hacia el pueblo de Siles, el valle del Guadalimar y la Sierra del Calderón.

Cruce con pista forestal

Llegamos a una nueva pista forestal y giramos a la derecha, recorriendo el último tramo de la etapa 21, que durante 1,4 km coincide con el primer tramo de la etapa 1, que viene subiendo en sentido contrario desde el Área Recreativa Peña del Olivar. Recorriendo esta pista forestal, a nuestra izquierda contemplamos ya un paisaje ameno y humanizado, de ambiente rural, con olivares, pequeñas huertas regadas por el arroyo de Los Molinos y el pueblo de Siles muy cercano. A lo lejos, la desnuda e inconfundible Piedra del Cambrón, y a su derecha las montañas albaceteñas que citamos anteriormente. El kilómetro 11,5 encontramos la fuente de El Noguerón, de mucho caudal, a donde los sileños acuden con frecuencia para aprovisionarse de agua de calidad.

Área Recreativa Peña del Olivar

Un kilómetro más debajo de la fuente de El Noguerón finalizamos la etapa en el Área Recreativa Peña del Olivar, un lugar muy popular para los vecinos de Siles. Se sitúa a ambos lados del Arroyo de Los Molinos y dispone de fuente, bar, terraza, mesas, parque infantil y, en verano, una magnífica zona natural de baño, de aguas frías y limpias. Hay también un pequeño parque con una colección botánica en la que se pueden ver muchas de las especies más representativas de la flora del parque natural.

Información Complementaria

La Reserva de Acebeas-Nava del Espino

Barranco de los AcebosParte de esta Etapa discurre por el Área de Reserva de Acebeas-Nava del Espino. Las Áreas de Reserva son las zonas con mayor nivel de protección dentro del Parque Natural debido a su alto valor ecológico. El motivo de que estos dos montes estén especialmente protegidos es que albergan una elevada concentración de especies de extraordinaria relevancia ecológica, bien por ser endémicas, por estar en peligro de extinción o por ser especies norteñas cuya presencia en el sur de España es excepcional.
Concretamente, en el Área existen nada menos que 141 especies clasificadas como raras, endémicas y amenazadas, 22 de las cuales están protegidas por Ley. Desatacan entre ellas la violeta de Cazorla (Viola cazorlensis) y un narciso (Narcissus longispathus). La distribución mundial de esta última especie se limita casi exclusivamente al Parque Natural.

Las Acebeas, un islote del norte en pleno sur

Descubrir un bosque como el de Las Acebeas en el sur es ...

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