Espeluy - Jaén Paraíso Interior

Espeluy
Espeluy es un pequeño municipio de la comarca de la Campiña, en la que ocupa su centro oeste, en la ribera del río Guadalquivir. Está ubicado en plena Campiña jienense, con una altitud de 282 m. y una población de 619 habitantes.
Su población se reparte en tres núcleos: la localidad propiamente dicha, La Estación de Espeluy, y el Poblado del IARA.
De topografía llana y bajo la influencia clara del Guadalquivir, por este motivo la totalidad del territorio es superficie labrada de regadío, siendo los principales cultivos el olivar (de regadío), las huertas y el cereal.
El río Guadalquivir, de un modo pausando y silencioso, dibuja llamativos meandros, que con sus bosques de galería parecen trazar una llamativa franja de color en el paisaje. Esta arteria de agua, además de dar vida a los cultivos, enriquece la vegetación y fauna de la localidad.
A los abundantes olivos, hemos de añadir los árboles frutales, una zona de encinar y la vegetación característica de los bosques de galería: fresnos, mimbreras, abedules, chopos, álamos negros…
Su castillo de origen árabe perteneció a la Orden de Santiago y fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1985. Apenas si conserva lienzos de sus murallas, aljibe y algunos aposentos.
La iglesia parroquial fue construida en 1954 sobre un antiguo oratorio dedicado a Santa Catalina.
Información
Zona turística: Sierra Morena/Sierras de Andújar y Despeñaperros
Distancia a la capital (km): 35
Altitud sobre el nivel del mar (m): 283
Extensión (Km2): 26
N° de Habitantes: 805
Gentilicio: Espeluseños
Código postal: 23628
Cultura
- Castillo, levantado en la época califal, cumplía una función estratégica clave en el control sobre los ríos Guadalquivir y el Guadalimar. Fue destruido por el rey Fernando III en el primer tercio del siglo XIII. Ya en poder de los cristianos se volvería a levantar. Su elemento más genuino es la torre del homenaje. De planta cuadrada y que en su interior se conservan dos salas superpuestas cubiertas con bóvedas de cañón.
- Hacienda del Pilar. Fue construida en 1904 como hacienda de labranza y más tarde remodelada como casa señorial privada y para la recepción de autoridades. En ella se alojó Alfonso XIII con ocasión de su visita a Jaén en 1916. Debe su nombre a la Virgen de esta advocación colocada en su fachada.
- Iglesia de Santa Catalina, se inauguró en 1954, y es una pequeña parroquia levantada sobre el antiguo oratorio de Santa Catalina, se accede a ella por unas suaves escalinatas. En su fachada destaca una sencilla portada, con frontón partido y tres huecos para las campanas.
Naturaleza
A los mamíferos característicos de la campiña, ciervos, conejos, liebres, zorros… se unen las numerosas aves rapaces, águilas, cernícalos, buitre ...
Cultura
- Castillo, levantado en la época califal, cumplía una función estratégica clave en el control sobre los ríos Guadalquivir y el Guadalimar. Fue destruido por el rey Fernando III en el primer tercio del siglo XIII. Ya en poder de los cristianos se volvería a levantar. Su elemento más genuino es la torre del homenaje. De planta cuadrada y que en su interior se conservan dos salas superpuestas cubiertas con bóvedas de cañón.
- Hacienda del Pilar. Fue construida en 1904 como hacienda de labranza y más tarde remodelada como casa señorial privada y para la recepción de autoridades. En ella se alojó Alfonso XIII con ocasión de su visita a Jaén en 1916. Debe su nombre a la Virgen de esta advocación colocada en su fachada.
- Iglesia de Santa Catalina, se inauguró en 1954, y es una pequeña parroquia levantada sobre el antiguo oratorio de Santa Catalina, se accede a ella por unas suaves escalinatas. En su fachada destaca una sencilla portada, con frontón partido y tres huecos para las campanas.
Naturaleza
A los mamíferos característicos de la campiña, ciervos, conejos, liebres, zorros… se unen las numerosas aves rapaces, águilas, cernícalos, buitre ...
Cultura
- Castillo, levantado en la época califal, cumplía una función estratégica clave en el control sobre los ríos Guadalquivir y el Guadalimar. Fue destruido por el rey Fernando III en el primer tercio del siglo XIII. Ya en poder de los cristianos se volvería a levantar. Su elemento más genuino es la torre del homenaje. De planta cuadrada y que en su interior se conservan dos salas superpuestas cubiertas con bóvedas de cañón.
- Hacienda del Pilar. Fue construida en 1904 como hacienda de labranza y más tarde remodelada como casa señorial privada y para la recepción de autoridades. En ella se alojó Alfonso XIII con ocasión de su visita a Jaén en 1916. Debe su nombre a la Virgen de esta advocación colocada en su fachada.
- Iglesia de Santa Catalina, se inauguró en 1954, y es una pequeña parroquia levantada sobre el antiguo oratorio de Santa Catalina, se accede a ella por unas suaves escalinatas. En su fachada destaca una sencilla portada, con frontón partido y tres huecos para las campanas.
Naturaleza
A los mamíferos característicos de la campiña, ciervos, conejos, liebres, zorros… se unen las numerosas aves rapaces, águilas, cernícalos, buitres…, así como la avifauna y fauna acuática que vive en el río. Abunda la presencia de reptiles, lagartijas, culebras, víbora hocicuda…
Para conocer mejor este paisaje, nada mejor que desplazarnos a lugares próximos donde podemos contemplar en vivo la naturaleza. Dos son los parajes más singulares del término municipal de Espeluy:
- Las Aceñas, un paraje que se encuentra a tan solo 2 km. del núcleo urbano, trayecto que podemos recorrer en coche o a pie, y que es el lugar donde está la fuente que abastecía de agua a la ciudad.
- Paraje de Santa Ana. Un lugar en el que se encuentra la mayor reserva de encinar de Andalucía, con un número cercano a los mil ejemplares. Ofrece fantásticas panorámicas de la comarca.
Fiestas y Eventos
Espeluy es un vivo ejemplo de la síntesis y cruce de costumbres y tradiciones aportadas por los pueblos que han pasado por la localidad, desde los romanos hasta la colonización realizada en los años 60 del pasado siglo XX con gentes de la Sierra de Segura que vinieron a repoblar estas tierras.
- Festividad de San Antón, que se celebra el 17 de enero y es una fiesta del sector agrario de tradición muy arraigada, en la que aún pervive el encendido de hogueras en su honor. Es una fecha en la que se celebraban las típicas matanzas del cerdo.
- San José, el 19 de marzo, antiguo patrón de la localidad. En su origen la Hermandad que organizaba la fiesta estaba formada exclusivamente por ferroviarios, pero hoy acoge a cualquier persona que desee pertenecer.
- Las Bolas de Semana Santa. Consiste en la formación de dos equipos de hombres que van lanzando, de manera alternativa, unas bolas metálicas desde el casco urbano de Espeluy hasta la Estación, distantes unos 4 km. Mientras, se va bebiendo vino que pagará al final los del equipo que resulte perdedor. Era una manera de poder seguir alternando en una época en la que los bares en Semana Santa permanecían cerrados.
- San Gregorio Nacianceno. Es una de las celebraciones más antiguas. Se celebra el primer domingo de mayo para honrar a su patrón, considerado santo protector contra la plaga de la langosta. Sienten una especial devoción por este santo las personas que han tenido que emigrar y que en estas fechas vuelven a su pueblo, a sus raíces.
- Las Cruces de mayo se celebran el segundo domingo del mes de mayo, y los vecinos se esmeran en su decoración.
- Festividad de San Miguel. Es una fiesta que celebraban los colonos que vinieron de la Sierra de Segura. Además de traer sus tradiciones y su gastronomía, con ellos también vino su patrón, San Miguel y “el juego de los bolos”, que ya los nativos también practican con gran dominio y maestría.
- Santa Catalina. Se celebra el 25 de noviembre, organizada por una cofradía solo de mujeres, las cuales asisten ese día a un banquete sin sus parejas, estando toda la jornada libre los esposos para celebrar la fiesta por su cuenta.
Gastronomía
En el verano de 1965, dentro del Plan Jaén, se amplió la población de Espeluy con colonos provenientes de Sierra de Segura. Esta circunstancia hace que en esta localidad convivan dos cocinas: la “cocina serrana” y la “cocina de la Campiña”.
Estos son los platos que más sobresalen:
- Pipirrana, que es el gazpacho que se prepara aquí, por eso, a pesar del nombre, hay que considerarlo más “Salmorejo”.
- Potaje de habas secas con berenjenas, un recuerdo culinario de algún santero.
- Espárragos trigueros esparragados. Redundante denominación que hace alusión a la salsa que llevan.
- Migas de pan con melón. Cuando los fríos de otoño ya se dejan sentir, se aprovechan los últimos melones del año.
- Potaje con panecillos. (propio de Semana Santa) Aquí se hace añadiéndole a los garbanzos y bacalao unos cardillos, o en su defecto unas espinacas.
- “Canto de pan con aceite”, es algo que los espeluyseños llevan en su talega en la época de recolección de la aceituna. Se suele acompañar con un trozo de tocino, bacalao o cualquier otra “engañifa”.
- Cordero guisado con pimientos.
De la “cocina serrana” también han arraigado algunos platos, como:
- “Gazpacho de segadores”, pepino y cebolla que nadan en abundante agua aderezada con aceite, vinagre y sal.
- “Ajopringue”, propio de los días de matanza.
- Pulenta, una sopa de huevo y harina, reliquia de la cocina de la Roma imperial.
- Otros: “Ajoatao”, “Caracoles guisados con patatas” y “arroz cortijero”.
En la repostería, destacan:
- “Bienmesabe” (propio de semana Santa), se elabora con un fondo de galletas remojadas en almíbar.
- Otros: Leche frita, roscos de leche y pestiños.
Historia
Espeluy tiene un importante legado de la época prehistórica. Entre los numerosos asentamientos destaca el de Las Tiesas, un poblado del III milenio a.C., con restos de cabañas circulares y escorias, testimonio claro de su actividad metalúrgica. Otro asentamiento prehistórico es el de Cerro de la Plaza de Armas de Sevilleja, posterior al anterior y donde las casas ya se levantan en terrazas.
La primera vez que Espeluy aparece mencionado en un documento histórico fue en el siglo XIII, considerado uno de los castillos atacados por el rey Fernando III en el año 1224, y que posteriormente pasaría a la heredad de la Orden de Calatrava.
En el año 1321, fue entregado en señorío a Díaz Sánchez de Biedma, señor de Estivel y Jabalquinto, época en la que se construye el castillo. La familia cambiaría el nombre para ser Benavides, a quienes le conceden el condado de Santiesteban del Puerto.
A lo largo del siglo XV se consolida la población, como testimonia la construcción de una parroquia. A finales de este siglo, Santa Teresa será atendida en el castillo de Espeluy, por un accidente sufrido al cruzar el Guadalquivir, tal como afirma en el libro de las Fundaciones.
A mediados del siglo XIX, Espeluy, ya tenía 722 habitantes, aunque su fisonomía sigue siendo de aldea, las casas se encuentran diseminadas sin formar calles.
Entre 1880 y 1885, se construye la conexión ferroviaria con Jaén, lo que provocará un incremento importante de habitantes. Junto a la estación se creará un núcleo de población, que actualmente es mayor que el casco urbano antiguo.
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