Begíjar - Jaén Paraíso Interior

Begíjar
Pequeño municipio olivarero situado en la parte occidental de la comarca de La Loma y Las Villas, llegando su término hasta mismo cauce del río Guadalquivir. Desde el punto de vista histórico-artístico, hay que destacar la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol, construida entre los siglos XIII y XVIII, de la que destaca su portada plateresca de finales del XVI. También son interesantes el Torreón del Castillo, declarado Monumento Histórico en 1985, el Palacio Episcopal, de origen medieval, y el Ayuntamiento, construido en el siglo XVI.
Información
Zona turística: Úbeda/Baeza
Distancia a la capital (km): 45
Altitud sobre el nivel del mar (m): 565
Extensión (Km2): 43
N° de Habitantes: 3109
Gentilicio: Begijenses
Código postal: 23520
El olivar es el cultivo mayoritario, complementado con las tierras labradas de la vega del Guadalquivir, donde se establecen cultivos industriales de regadío principalmente. La industria almazarera y el matadero de la Estación de Begíjar son las actividades industriales más importantes.
La estratégica posición geográfica de Begíjar, en un entorno de gran riqueza agrícola, posibilitó su poblamiento desde la más remota antigüedad. Los restos más antiguos se vinculan al Neolítico Final y a la Edad del Cobre (III milenio a.C.) en el asentamiento de Las Majadillas, y en el asentamiento un poco más tardío, de la Edad del Bronce, de Terrera del Goterón.
Historia
De época ibérica son los restos de una fortificación, cerca de la Estación de Begíjar, en la que se registró la típica cerámica pintada. En la etapa romana se produjo una intensa ocupación humana del territorio por explotaciones agropecuarias, tipo villa, entre las que se cuentan Piedra Hincada, la Vega del Obispo, Las Delicias o la Casa del Amor Hermoso.
Durante la dominación islámica recibió el nombre de Buxexat y debió de pasar a manos de Fernando III hacia 1226, al mismo tiempo que Baeza. A partir de este momento tendrá, durante algunos periodos, una vida sumamente agitada, ya que se la disputaron el concejo de la ciudad de Baeza y los obispos de Jaén, ansiosos unos y otros por hacerse ...
El olivar es el cultivo mayoritario, complementado con las tierras labradas de la vega del Guadalquivir, donde se establecen cultivos industriales de regadío principalmente. La industria almazarera y el matadero de la Estación de Begíjar son las actividades industriales más importantes.
La estratégica posición geográfica de Begíjar, en un entorno de gran riqueza agrícola, posibilitó su poblamiento desde la más remota antigüedad. Los restos más antiguos se vinculan al Neolítico Final y a la Edad del Cobre (III milenio a.C.) en el asentamiento de Las Majadillas, y en el asentamiento un poco más tardío, de la Edad del Bronce, de Terrera del Goterón.
Historia
De época ibérica son los restos de una fortificación, cerca de la Estación de Begíjar, en la que se registró la típica cerámica pintada. En la etapa romana se produjo una intensa ocupación humana del territorio por explotaciones agropecuarias, tipo villa, entre las que se cuentan Piedra Hincada, la Vega del Obispo, Las Delicias o la Casa del Amor Hermoso.
Durante la dominación islámica recibió el nombre de Buxexat y debió de pasar a manos de Fernando III hacia 1226, al mismo tiempo que Baeza. A partir de este momento tendrá, durante algunos periodos, una vida sumamente agitada, ya que se la disputaron el concejo de la ciudad de Baeza y los obispos de Jaén, ansiosos unos y otros por hacerse ...
El olivar es el cultivo mayoritario, complementado con las tierras labradas de la vega del Guadalquivir, donde se establecen cultivos industriales de regadío principalmente. La industria almazarera y el matadero de la Estación de Begíjar son las actividades industriales más importantes.
La estratégica posición geográfica de Begíjar, en un entorno de gran riqueza agrícola, posibilitó su poblamiento desde la más remota antigüedad. Los restos más antiguos se vinculan al Neolítico Final y a la Edad del Cobre (III milenio a.C.) en el asentamiento de Las Majadillas, y en el asentamiento un poco más tardío, de la Edad del Bronce, de Terrera del Goterón.
Historia
De época ibérica son los restos de una fortificación, cerca de la Estación de Begíjar, en la que se registró la típica cerámica pintada. En la etapa romana se produjo una intensa ocupación humana del territorio por explotaciones agropecuarias, tipo villa, entre las que se cuentan Piedra Hincada, la Vega del Obispo, Las Delicias o la Casa del Amor Hermoso.
Durante la dominación islámica recibió el nombre de Buxexat y debió de pasar a manos de Fernando III hacia 1226, al mismo tiempo que Baeza. A partir de este momento tendrá, durante algunos periodos, una vida sumamente agitada, ya que se la disputaron el concejo de la ciudad de Baeza y los obispos de Jaén, ansiosos unos y otros por hacerse con las rentas que producían sus ricas tierras. Inicialmente Fernando III la dejó adscrita a Baeza, como tierra de realengo.
Poco después el mismo rey cedió tierras a la Orden de Calatrava, cesión que confirmó Alfonso X en 1254. También cedió otra parte de las tierras al obispado de Toledo. Pero el gran cambio sucedió en 1249 cuando entregó el conjunto de la población al Obispado de Jaén.
Un siglo después la población estaba en manos de Enrique Enríquez, adelantado mayor de la frontera. Alfonso XI decidió recuperarla y entregarla nuevamente a Baeza. En el siglo XV el obispo Don Rodrigo de Narváez se apodera del castillo y lo incorpora a las posesiones de la diócesis, pese a las protestas del concejo de Baeza. En este marco Begíjar se verá inmiscuida en las luchas entre la nobleza y Enrique IV. En esta pugna el Obispado y Baeza, en el mismo bando, convertirían a la localidad en un bastión avanzado contra la capital de Jaén controlada por el Condestable Lucas de Iranzo. El litigio por esta localidad culminó con el reconocimiento por parte de los Reyes Católicos en 1477 de la propiedad al obispo. Los obispos mantuvieron la propiedad del castillo hasta el siglo XIX, convirtiéndolo en una de sus principales residencias. En 1779 Carlos III le concedió el título de villa, quedando así definitivamente desligada de Baeza.
Gastronomía
El bacalao encebollado de la matanza del cerdo ha quedado como una reliquia culinaria la elaboración casera del “lomo de orza”, el cual se sigue preparando como antaño: la carne se corta en tacos grandes, se macera con un majado de ajos, orégano, pimentón, sal y clavo, y después de tres o cuatro días de maceración se fríen los tacos en aceite de oliva virgen extra.
Para los días de Carnaval se prepara un cocido propio de esta época previa a la Cuaresma, que lleva como ingrediente principal el tradicional “albondigón” o “relleno”, hecho con la masa de las albóndigas, carne picada, ajos, perejil, huevos y pan rallado, y dejado cocer en el caldo del cocido.
Para Semana Santa se prepara el “bacalao encebollado”, donde el bacalao se fríe, después, en el mismo aceite, se hace lo propio con las cebollas, los tomates, los ajos y el pimiento molido, siendo un plato que se suele preparar el jueves para tomarlo al día siguiente, el Viernes Santo. Como dulce de Semana Santa se hacen las “flores de esponja” o “esponjuelas”.
Dos formas clásicas hay en Begíjar de preparar el cordero. Una de ellas es a la caldereta, donde el cordero, una vez troceado, se guisa con muchísima cebolla y tomate, dejándolo todo cocer hasta que la carne esté tierna y se reduzca el caldo quedando un fondo de salsa. La otra forma es propia de la primavera, donde se trocea el cordero y se fríe, y en el mismo aceite freímos habas verdes.
De los días de invierno hoy en día son propias las migas de pan, comida de diario en otros tiempos en los cortijos, y que se siguen acompañando con torreznos, aceitunas, rabanillos, sardinas arenques o melón.
En tiempo de calor se prepara la “ensalada de pimentón”, a modo de pipirrana caldosa, con tomate, cebolla, pimiento verde, y aliñada con ajos, orégano, aceite, vinagre y agua.
Otra información
Artesanía
En Begíjar se mantiene viva la artesanía del mimbre, que se concentra en la producción de cestería. Los artículos se confeccionan mediante el entretejido de las varetas, eliminando la piel o bien manteniendo su color natural, sin pelar, lo que da como resultado una tonalidad más oscura. Otras labores artesanas autóctonas de la localidad son la cerámica de cuerda seca y los deshilados en prendas indumentarias.
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