Iznatoraf - Jaén Paraíso Interior

Iznatoraf
Iznatoraf (también conocido como Torafe) es una de las localidades más bonitas de Jaén, una de las más altas de Andalucía y, sin duda, una de las que más sorprende al viajero. Está situada al nordeste de la comarca de Las Villas y asentada sobre un cerro de 1.036 m, como un puesto de vigía sobre decenas de kilómetros de olivar en todas las direcciones. La vista del frente de la Sierra de Las Villas es espectacular.
Es un mirador casi único para divisar buena parte de la provincia y un crisol de culturas (árabe, judía y cristiana) que han dejado un rico legado artístico. Conserva su trazado urbano de calles estrechas, encaladas y sinuosas dentro de un recinto amurallado de origen árabe.
Su término se encuentra repartido en dos enclaves separados: uno al oeste, donde se ubica el núcleo urbano y sobre todo el olivar; y otro al este, eminentemente forestal y dentro de los límites del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Varios son los caseríos habitados dispersos por el término municipal, como Batanejo, a 15 Km. y otros como Santa Marina o Sillero, en la Sierra de Las Villas.
La actividad económica es el olivar y la industria oleica. El turismo en esta comarca prácticamente no se ha desarrollado.
Entre su patrimonio histórico destacan la Iglesia de la Asunción, los restos de la muralla medieval con sus puertas de acceso y la Ermita del Cristo de la Veracruz, entre otros.
El casco antiguo de Iznatoraf fue declarado Conjunto Histórico Artístico el 15 de mayo de 2012.
Desde 2020, Iznatoraf tiene la distinción de Flor de Andalucía, con la categoría de cuatro flores, dada por la asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza, siendo el único municipio jienense que obtiene esta calificación. También pertenece a la red de Pueblos Mágicos de España, único pueblo de la provincia adherido, red que une a pueblos con encanto de diversos países europeos e iberoamericanos.
Información
Zona turística: Sierras de Cazorla, Segura y las Villas
Distancia a la capital (km): 102,9
Altitud sobre el nivel del mar (m): 1036
Extensión (Km²): 86,47
N° de Habitantes: 960
Gentilicio: Torafejos o torafeños
Código postal: 23338
Cultura
De su patrimonio monumental detallamos:
- Iglesia Parroquial de la Asunción. Data de finales del siglo XVI y primeros años del XVII. En ella se mezclan los estilos barroco y manierista. Su interior es Vandelviriano, de planta casi cuadrada, cuatro grandes pilares la dividen en tres naves; las cubiertas son bóvedas vaídas y de arista, destacando en todas ellas una delicada decoración manierista que augura el final del Renacimiento, sin duda traza de los seguidores del Maestro, quizás Alonso Barba. A los pies del templo se encuentra el coro con sillería barroca de gran belleza y calidad. La sacristía con el escudo del obispo Andrade y Castro es barroca. En el lateral de la fachada principal se encuentra un cuerpo para dependencias parroquiales y su torre de pequeño tamaño comparado con el resto de la edificación. La iglesia guarda una riqueza deslumbrante. Cartelas, roleos y motivos heráldicos, pero el mayor tesoro es la sacristía y el conjunto de ornamentos y piezas litúrgicas que acoge. Cuenta con una mesa de mármol negro y alabastro del siglo XVIII con enormes cajoneras de nogal con excelentes tallas con magníficos relieves renacentistas, fechadas en los primeros años del siglo XVI, así como una importante orfebrería: cruces, custodias, cálices… ...
Cultura
De su patrimonio monumental detallamos:
- Iglesia Parroquial de la Asunción. Data de finales del siglo XVI y primeros años del XVII. En ella se mezclan los estilos barroco y manierista. Su interior es Vandelviriano, de planta casi cuadrada, cuatro grandes pilares la dividen en tres naves; las cubiertas son bóvedas vaídas y de arista, destacando en todas ellas una delicada decoración manierista que augura el final del Renacimiento, sin duda traza de los seguidores del Maestro, quizás Alonso Barba. A los pies del templo se encuentra el coro con sillería barroca de gran belleza y calidad. La sacristía con el escudo del obispo Andrade y Castro es barroca. En el lateral de la fachada principal se encuentra un cuerpo para dependencias parroquiales y su torre de pequeño tamaño comparado con el resto de la edificación. La iglesia guarda una riqueza deslumbrante. Cartelas, roleos y motivos heráldicos, pero el mayor tesoro es la sacristía y el conjunto de ornamentos y piezas litúrgicas que acoge. Cuenta con una mesa de mármol negro y alabastro del siglo XVIII con enormes cajoneras de nogal con excelentes tallas con magníficos relieves renacentistas, fechadas en los primeros años del siglo XVI, así como una importante orfebrería: cruces, custodias, cálices… ...
Cultura
De su patrimonio monumental detallamos:
- Iglesia Parroquial de la Asunción. Data de finales del siglo XVI y primeros años del XVII. En ella se mezclan los estilos barroco y manierista. Su interior es Vandelviriano, de planta casi cuadrada, cuatro grandes pilares la dividen en tres naves; las cubiertas son bóvedas vaídas y de arista, destacando en todas ellas una delicada decoración manierista que augura el final del Renacimiento, sin duda traza de los seguidores del Maestro, quizás Alonso Barba. A los pies del templo se encuentra el coro con sillería barroca de gran belleza y calidad. La sacristía con el escudo del obispo Andrade y Castro es barroca. En el lateral de la fachada principal se encuentra un cuerpo para dependencias parroquiales y su torre de pequeño tamaño comparado con el resto de la edificación. La iglesia guarda una riqueza deslumbrante. Cartelas, roleos y motivos heráldicos, pero el mayor tesoro es la sacristía y el conjunto de ornamentos y piezas litúrgicas que acoge. Cuenta con una mesa de mármol negro y alabastro del siglo XVIII con enormes cajoneras de nogal con excelentes tallas con magníficos relieves renacentistas, fechadas en los primeros años del siglo XVI, así como una importante orfebrería: cruces, custodias, cálices… y vestidos litúrgicos.
- Murallas y Arcos. La muralla de Iznatoraf era una imponente fortificación construida en mampostería de origen árabe, que constaba de once fortines y nueve puertas arcadas para facilitar la entrada y salida de recinto, realizadas en mampostería irregular y argamasa. Se cubren con arcos de medio punto de imperfecta traza y vertebran el espacio interior. Se conservan unos quinientos metros de la muralla de la antigua fortaleza árabe, así como varios de los arcos de acceso y diez de las once torres que hubo en aquella época. En el conocido popularmente como Castillo o casa de Alí Menón, podemos admirar un auténtico bajante árabe compuesto por conducciones de cerámica y, en su interior, un aljibe. Los restos de la Puerta de Armas y la puerta de la Virgen del Postigo, compuestas por arcos de medio punto con vigas de madera y dobles arcos de ladrillo en su interior, se cuentan entre las escasas muestras de este tipo que se conservan. La Puerta de la Virgen del Postigo, fue declarada Monumento Histórico en 1985. Desde finales del siglo XVI, las salidas y entradas se realizaban pasando por las diversas puertas de acceso al núcleo intramuros: Puerta del Campo, del Arrabal…, esta última, también llamada Puerta Real, es de estilo renacentista, levantada en línea con la muralla, con arco de medio punto de cantería sobre impostas en su vertiente exterior y sillería irregular en su conjunto. En su interior presenta bóveda de medio cañón con hornacina que acoge un relieve de la Virgen, clasicista, enmarcado por pequeñas pilastras y cornisa, también de sillería irregular en su conjunto. La muralla urbana de Iznatoraf ha sido declarada en 1985 Bien de Interés Cultural.
- Ermita del Cristo de la Vera Cruz. La ermita es un edificio religioso construido entre los siglos XVII y XVIII. Ha sido reconstruido en el XIX. Su planta es de cruz latina cubierta por bóveda de medio cañón rebajado, en el crucero es ovalada y en el camarín de media naranja con los cuatro evangelistas en altorrelieve en las pechinas y decorada con motivos vegetales de estilo barroco. En el exterior, espadaña y en su portada arco escarzano y jambas lisas.
Naturaleza
Iznatoraf es una de las cuatro villas que, junto con Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo y Sorihuela del Guadalimar, conforman la comarca denominada de Las Villas.
Una localidad en donde abundan parajes de extraordinario valor ambiental y paisajístico que constituyen la puerta de entrada a la fascinante Sierra de las Cuatro Villas.
Por su término municipal corren los ríos Guadalquivir y Guadalimar, que le añaden belleza al paisaje riqueza tanto a la vegetación como a fauna. Rodeado de un mar de olivos y campos de cereal, parte de su territorio está incluido en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Es una de las localidades donde la vegetación cuenta con una mayor variedad, junto a las especies propias de la Alta montaña, como el pino laricio o el acebo, conviven con otras especies que se desarrollan a menor altura, tales como el pino negral, el tejo o el boj y con las que se desarrollan en la zona de más baja: roble melojo, la encina, coscoja, olivos, y otras plantas endémicas y aromáticas.
A esta vegetación le añadiremos la que se desarrolla en las riberas de los ríos: chopos, sauces, mimbreras, taráis…
La fauna, en consonancia con la variedad vegetal y los numerosos hábitats que hay en el término, también es abundante y diversa.
A las rapaces y carroñeros de las montañas, águilas, quebrantahuesos, buitres leonados, se unen las especies cinegéticas, tanto las de caza mayor, ciervo, muflón, jabalí; como las de caza menor, conejo, liebre, perdices, ginetas, tejones, codornices …
Sin olvidarnos de las aves típicas del olivar, que o viven en él, o se alimentan en los desplazamientos migratorios: curruca, verderón, zorzal, petirrojo… Ni dejar de citar la fauna propia de los ríos de aguas cristalinas en sus cursos altos: trucha, barbo, nutrias, salamandras… Así como reptiles y anfibios.
Todo un mundo privilegiado donde la Naturaleza es el atractivo principal de estas tierras. Nada mejor que descubrirla en alguno de los múltiples parajes que hay en término municipal, señalaremos tres áreas recreativas y cuentan con buena accesibilidad:
- Cueva del Peinero. Es uno de los parajes más abruptos y escarpados del Parque. Su salida natural es la impresionante garganta por donde discurre el río Aguascebas Grande, cuyas aguas cristalinas descienden en sucesivas cascadas. Allí mismo existe un merendero con zonas de sombra, barbacoas y agua potable, además de un refugio forestal, siendo un punto de partida ideal para realizar excursiones por el interior del Parque Natural. En el área recreativa, el río discurre sosegado y silencioso entre la tupida vegetación de sauces, chopos y bojes. Los enormes farallones que cierran el paraje se levantan más de 600 metros, formando poyos escalonados cubiertos de vegetación totalmente virgen por el difícil acceso. Cuenta la tradición que esta cueva estaba habitada en el verano por un artesano que se dedicaba a fabricar utensilios de madera de boj, material muy abundante en la zona, y entre otros objetos, fabricaba peines para el pelo.
- Paisaje de La Parra. Se trata de un merendero con zonas de sombra desde donde se puede disfrutar de bellos paisajes; allí mismo existe una casa forestal, siendo un punto de partida ideal para realizar excursiones por el interior del Parque Natural.
- Paraje de Jesús del Monte. Por la Cañada de la Madera se accede a este enclave natural, con unas buenas vistas del parque y un merendero bien equipado que dispone de agua potable y una ermita. En este mismo lugar destaca la Fuente del Avellano.
Fiestas y Eventos
Entre las celebraciones festivas de Iznatoraf destacaremos las Fiestas de San Isidro y el Corpus y aquellas que cuenta con más arraigo popular:
- Semana Santa. Muy interesantes resultan las celebraciones que se llevan a cabo durante el Jueves y Viernes Santo, con representaciones de pasajes de la Pasión. Siempre se han caracterizado por su gran sencillez y austeridad, siendo seguidas con profundo recogimiento.
- Fiestas patronales en honor de la Virgen de la Fuensanta y el Cristo de la Veracruz. Iznatoraf celebra sus fiestas patronales en honor del Santo Cristo de la Vera Cruz durante la primera semana del mes de septiembre, siendo la tarde del día 3 cuando se honra al Santo con la procesión de la imagen. El día 7 se celebra la romería en honor de la patrona, en la esplanada del Santuario de la Fuensanta. Al día siguiente tiene lugar la procesión de la imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta, Patrona de las Cuatro Villas y Señora del Olivar. Son muchas las actividades culturales, deportivas y lúdicas que se programan. Entre todas ellas, la más exitosa son los encierros nocturnos de reses bravas, que recorren las calles de la población. Estos encierros son los únicos en la provincia que poseen el privilegio de ser nocturnos, esto se debe a su gran tradición, pues tras la conquista el propio rey Fernando III autoriza sus fiestas con la corrida de reses bravas.
Gastronomía
Comparte su cocina tradicional con la que es propia a la comarca de las Cuatro Villas a la que pertenece, pero sobresalen los productos que se obtienen de la tradicional matanza del cerdo, siendo el “ajo morcilla” el más característico.
- “Ajo morcilla”. Se elabora con cebolla frita, arroz cocido, ajo abundante, especias, manteca de cerdo sin tropezones y la sangre del cerdo. Se toma caliente con pan tierno.
- “Pipirrana”. Hecha con patatas cocidas, pimientos secos y fritos machacados, aceite, ajo y sal.
- “Potaje de garbanzos con panecillos”. Son unos garbanzos con albóndigas hechas de masa de pan, ajo y perejil picado. Es propio de la Semana Santa.
- “Tarrafeña”. Es una forma de preparar el conejo en salsa. El nombre puede ser una deformación fonética de la palabra torafeña o torafeño, que es como se conoce a los nacidos en el municipio.
En repostería:
- “Buñuelos de viento”, de interior hueco, que evidencian la presencia árabe en los orígenes de su cocina.
Historia
Aunque discontinuo en el tiempo, el asentamiento es muy temprano en esta área. Las primeras evidencias de ocupación en Iznatoraf datan de la Edad del Bronce (II milenio a.C.). Se supone que en un principio tenía como finalidad controlar el camino hacia las minas de Sierra Morena.
La presencia humana continua hasta los íberos desde el siglo VI a.C., quizás con una pequeña atalaya. Posteriormente la meseta funcionaría como un oppidum en época iberorromana e igualmente se sabe del poblamiento militar visigodo gracias al hallazgo arqueológico de piezas de este periodo.
En época musulmana el enclave torafeño se expande hacia el sur abarcando el resto de la meseta. Posiblemente en el siglo XI y sobre estructuras precedentes se erigió una importante plaza defensiva con sus murallas y alcázar, como sistema de protección de los habitantes del entorno, incrementando así el valor estratégico del enclave.
El nombre de Iznatoraf es de procedencia árabe y alude a su muralla (“Castillo del Camino” o de la Calzada). Como en otros casos, no fue conquistada por las armas sino por una negociación.
Sus estrechas calles y la sólida fortificación que presenta, hablan de la importancia militar que hubo de tener.
En 1235 Fernando III logra la posesión de la villa, le concede a Iznatoraf, una vez repoblado, el fuero de Cuenca y sus tierras son declaradas de realengo, es decir, no se cede a ningún señor ni orden militar, ni tampoco a la Iglesia. A partir de este momento se refuerzan las murallas y se erige el castillo, residencia de la autoridad y hoy desaparecido.
Pero esto duró poco tiempo, porque Alfonso X, en 1252, cede el lugar al Arzobispo de Toledo, con lo que pasa a formar parte del Adelantamiento de Cazorla.
Con el avance de la Reconquista pierde importancia militar, pero se convierte en un centro económico fuerte, hasta tal punto que la población desborda sus murallas y se establece fuera de ellas, dando lugar al crecimiento de las poblaciones de los alrededores. Así, La Moraleja se hace villa y pasa a llamarse Villanueva del Arzobispo en 1396, y en 1450, el Arzobispo Alfonso Carrillo independiza la Torre de Mingo Priego que tomará por nombre Villacarrillo.
En el siglo XVI el municipio es cabeza del arziprestazgo y comienza la construcción de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Durante mucho tiempo la historia de Iznatoraf es la de una villa agrícola que conoce cierta prosperidad destacando su producción aceitera.
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