Jabalquinto - Jaén Paraíso Interior

Jabalquinto
Municipio situado al sur de la comarca Norte cuyo territorio, casi plano, presenta un paisaje típico de la Campiña olivarera. El núcleo urbano se sitúa en la cima de una loma desde la que se puede divisar una amplia panorámica y avistar casi veinte pueblos del entorno.Jabalquinto dispone, además, de terrenos de regadío en las vegas de los tres ríos que cruzan su territorio: Guadiel, Guadalimar y Guadalquivir. La actividad principal es la agricultura basada en el olivar, fundamentalmente, y los cultivos herbáceos industriales como la remolacha y el algodón. Entre su patrimonio arquitectónico destaca la Iglesia Parroquial de la Encarnación, que fue construida durante los siglos XVI, XVII y XVIII, y que cuenta con una interesante portada renacentista; y el Palacio de Jabalquinto, cuyas obras fueron iniciadas en el siglo XV por los Benavides y continuadas por los Condes de Benavente.
Información
Zona turística: Sierra Morena/Sierras de Andújar y Despeñaperros
Distancia a la capital (km): 40
Altitud sobre el nivel del mar (m): 490
Extensión (Km²): 73
N° de Habitantes: 2.583
Gentilicio: Jabalquiteños o Jabalquinienses
Código postal: 23712
Pza. Ayuntamiento, 1
Cultura
- Iglesia Parroquial de la Encarnación. Su construcción se inició en el siglo XVI, pero el crecimiento demográfico a partir del último tercio del XVIII, precisó un largo proceso de ampliación que se consumó en el XIX. El elemento originario es una nave rectangular cubierta con una bóveda de medio cañón que descansa sobre arcos que, a su vez, descargan sobre estribos. Muy posterior es el presbiterio, al que se accede por un arco toral de medio punto, y cuyo testero recibe luz por ventanas en forma de trébol. La portada es el elemento más importante de la iglesia, es renacentista, de 1577; consiste en un arco de medio punto con impostas y con clave resaltada, flanqueado por columnas corintias de fuste estriado que apoyan en pedestal y rematada por entablamento con resaltos en los extremos para el primer cuerpo y un gran escudo con la imagen de la Virgen, coronado por frontón triangular y pequeños pináculos.
- Palacio de Jabalquinto. El edificio más emblemático de la arquitectura civil de este municipio, estratégicamente situado entre el Guadalquivir y el Guadalimar, es el Palacio de Jabalquinto, que empezó a construirse en el siglo XV, se remodeló en los siglos XVIII y XIX y durante toda la segunda mitad del siglo XX ha venido presagiando ruina. Sus promotores fueron los Benavides, dueños del se ...
Cultura
- Iglesia Parroquial de la Encarnación. Su construcción se inició en el siglo XVI, pero el crecimiento demográfico a partir del último tercio del XVIII, precisó un largo proceso de ampliación que se consumó en el XIX. El elemento originario es una nave rectangular cubierta con una bóveda de medio cañón que descansa sobre arcos que, a su vez, descargan sobre estribos. Muy posterior es el presbiterio, al que se accede por un arco toral de medio punto, y cuyo testero recibe luz por ventanas en forma de trébol. La portada es el elemento más importante de la iglesia, es renacentista, de 1577; consiste en un arco de medio punto con impostas y con clave resaltada, flanqueado por columnas corintias de fuste estriado que apoyan en pedestal y rematada por entablamento con resaltos en los extremos para el primer cuerpo y un gran escudo con la imagen de la Virgen, coronado por frontón triangular y pequeños pináculos.
- Palacio de Jabalquinto. El edificio más emblemático de la arquitectura civil de este municipio, estratégicamente situado entre el Guadalquivir y el Guadalimar, es el Palacio de Jabalquinto, que empezó a construirse en el siglo XV, se remodeló en los siglos XVIII y XIX y durante toda la segunda mitad del siglo XX ha venido presagiando ruina. Sus promotores fueron los Benavides, dueños del se ...
Cultura
- Iglesia Parroquial de la Encarnación. Su construcción se inició en el siglo XVI, pero el crecimiento demográfico a partir del último tercio del XVIII, precisó un largo proceso de ampliación que se consumó en el XIX. El elemento originario es una nave rectangular cubierta con una bóveda de medio cañón que descansa sobre arcos que, a su vez, descargan sobre estribos. Muy posterior es el presbiterio, al que se accede por un arco toral de medio punto, y cuyo testero recibe luz por ventanas en forma de trébol. La portada es el elemento más importante de la iglesia, es renacentista, de 1577; consiste en un arco de medio punto con impostas y con clave resaltada, flanqueado por columnas corintias de fuste estriado que apoyan en pedestal y rematada por entablamento con resaltos en los extremos para el primer cuerpo y un gran escudo con la imagen de la Virgen, coronado por frontón triangular y pequeños pináculos.
- Palacio de Jabalquinto. El edificio más emblemático de la arquitectura civil de este municipio, estratégicamente situado entre el Guadalquivir y el Guadalimar, es el Palacio de Jabalquinto, que empezó a construirse en el siglo XV, se remodeló en los siglos XVIII y XIX y durante toda la segunda mitad del siglo XX ha venido presagiando ruina. Sus promotores fueron los Benavides, dueños del señorío tras su compra a Baeza, que decidieron simbolizar su poder levantando el palacio en el espacio anteriormente destinado a fortaleza, y siglos después lo traspasaron a los condes de Benavente. La fachada es un lienzo de dos pisos, con vanos rectangulares con rejas en el que se abren dos portadas; la principal a la derecha con puerta de doble punto, jalonada por finas pilastras de fuste rehundido sobre pedestal, se remata por entablamento con resaltos en los extremos, en parte mutilado por abrirse en él un balcón en 1856; completan la fachada dos grandes escudos, que lucen los típicos cueros recortados del siglo XVI. La otra portada, más simple aún, consiste en un arco adintelado de largas dovelas, enmarcadas por pilastras y cornisa. Actualmente es la sede del Ayuntamiento. Tanto la prestancia del Palacio de Benavides como la severidad arquitectónica de la Iglesia de la Encarnación contrastan con la sencillez de las viviendas rurales del municipio.
Naturaleza
Jabalquinto se encuentra situado al sur de Sierra Morena, presenta el paisaje típico de la campiña olivarera en una situación centrada en el contexto provincial, entre el sector oriental de Sierra Morena y la parte alta de la depresión del Guadalquivir, río que sirve de límite en su término por el sur y el oeste.
El término de Jabalquinto está configurado por un relieve suave, donde destaca la presencia de una loma que ocupa una posición central, con la cota más alta del municipio con 496 m y sobre la que se sitúa el núcleo urbano. En la vertiente sur de esta loma existen distintos arroyos que drenan sus aguas a los ríos Guadalimar y Guadalquivir; mientras, el Guadiel es el protagonista de la vertiente norte.
Su principal atractivo natural se encuentra en el entorno de El Veredón– La Barca, históricamente denominado Camino de los Romanos porque por ahí discurría la antigua calzada romana que unía Cástulo e Iliturgi con Hispalis, que se sitúa en la margen derecha del río Guadalquivir con una vegetación típica ribereña de chopos, carrizos, cañaveras y tarays, a los que se unen eucaliptos. Conforme nos alejamos de la ribera del río van apareciendo otras especies frecuentes como el manrubio, la olorosa olivarda y el paloduz. El lugar ha perdido mucho de su encanto anterior por la proximidad de los olivos, pero la bajada hasta el borde del mismo río ofrece un rincón ideal para disfrutar de la naturaleza.
Pocas son las especies animales ligadas al río y a su entorno que resisten aún. Son ya escasas las ranas y todavía puede verse nadando la culebra viperina. Las aves más frecuentes en esta zona son la lavandera blanca, la lavandera cascadeña y el papamoscas gris.
Fiestas y Eventos
Jabalquinto ha sido un pueblo que siempre se ha distinguido por su alegría y por la buena acogida y por la participación ciudadana en los eventos más importantes. Entre los eventos festivos, destacamos:
- La Candelaria, que tiene lugar el día 2 de febrero. Se prenden hogueras y con ella comienza el tradicional ciclo festivo de la localidad.
- Semana Santa, en la que se lleva a cabo el canto de los “pregones” previos a los desfiles procesionales. De estos destaca el que es conocido como “El Paso”, y tiene lugar el viernes santo que se representa el encuentro entre la imagen de Jesús con la de su Madre. Los jabalquinteños sienten una especial devoción por Nuestro Padre Jesús Nazareno, que lo tienen como patrón de la villa.
- San Isidro, el 15 de mayo. Es una festividad de carácter eminentemente agrícola, que se celebra con desfile de carrozas enjaezadas.
- Corpus Christi. Es una festividad en la que la procesión eucarística recorre los altares puestos por los vecinos delante de sus casas.
- Fiesta y Feria en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, se celebra el 26 de julio. Resulta llamativo ver procesionar la imagen en pleno mes de julio, y que nos evoca otras celebraciones que se dan en la primavera.
Gastronomía
Esta localidad quiere mantenerse fiel a la cocina tradicional, así como a la costumbre de tomar unos determinados platos en algunas de las festividades más señaladas:
- Guiñapos, antigua cocina farinácea que en otros lugares reciben el nombre de andrajos, harapos o tallarines y que en esencia no es más ni menos que una masa de harina y agua y un poco de sal, que se hace tiras o trozos muy finos, y que por parecer jirones, o trozos desgarrados de tela, recibe tales nombres. Esa masa acabará cociéndose en un caldo que lleva como primeros ingredientes los que componen un sofrito hecho con pimiento, tomate pelado y picado, cebolla cortada y ajo, al que acompañarán a la hora del cocimiento la carne de un pimiento seco y pimentón, junto a trozos de carne de caza menor como liebre, conejo, perdiz, y si es tiempo de Cuaresma, bacalao y hasta almejas. Este plato es una reliquia de la cocina tradicional.
- Potaje de garbanzos con bacalao, es un plato típico de jueves y viernes santo.
- “Bacalao frito o encebollao”, el bacalao es uno de los pescados preferidos para consumir en Cuaresma y Semana Santa.
- Productos de la matanza: aunque la adaptación a los nuevos tiempos, así como la proximidad a grandes ciudades, contribuyen a que esta costumbre se vaya haciendo con métodos más actuales, quedan sin embargo quienes se resisten a perder el sabor de lo "auténtico" y realizan sus propias matanzas con los medios actuales pero con el espíritu festivo de antaño, en un último intento de no perder las señas de identidad que han sobrevivido al calor de los fogones y en las más viejas alacenas.
Dentro de las llamadas “frutas de sartén”, tenemos:
- Borracuelos, se hacen cuando hay algún evento festivo. Se les llama así porque antes de freír se empapan en vino blanco y moscatel.
- Magdalenas caseras, que servirán para endulzar la vigilia de jueves y viernes santo.
- Huevos moles, que se hacen con yemas de huevo al que se le añade miel o azúcar, leche, harina y canela.
Historia
Tanto por los restos hallados, como por el hecho de encontrarse próximos los cursos de tres ríos y la circunstancia de estar asentado sobre una loma desde la que pueden avistarse hasta casi veinte municipios del entorno, son factores que hacen muy factible la presencia humana en el territorio de Jabalquinto desde la época del Neolítico.
No está confirmado que llegase a ser un oppidum ibérico, pero lo que sí está probado es que este lugar se encontraba en la calzada romana que unía Cástulo con Cádiz, en la que el término de Jabalquinto cumplía la función de una zona de descanso junto a la fuente romana, donde tanto las personas como los animales podrían saciar la sed.
A la llegada de los árabes se cultivan las vegas próximas a los cauces de los ríos, que ya habían sido roturadas por los romanos, e incluso amplían las zonas de regadío con la construcción de norias y la canalización de las aguas de riego.
La fundación de la villa de Jabalquinto en el siglo XIV, está estrechamente vinculada a la creación del Señorío de Día Sánchez de Biedma, quien consigue que el Consejo de Baeza le entregara en señorío las antiguas aldeas islámicas de Estivel y La Ventosilla con el encargo de que las repueble.
Día Sánchez de Biedma dejó estos núcleos de población en herencia a su hijo Manuel de Benavides, quien ya en el año 1446 actuaba como I Señor de Jabalquinto. Durante el siglo XVI, con el aumento de las superficies roturadas y cultivadas, se incrementa también el número de habitantes, pasando de contar con 120 habitantes a alcanzar los 1.200 en el siglo XVII.
Durante el siglo XVIII el número de habitantes decrecería debido a los elevados impuestos que los agricultores tienen que soportar. Aunque pronto se superaría este bache demográfico y de nuevo con la diversificación de los cultivos, donde el olivar va ganando implantación sobre los cereales, el número de habitantes vuelve a repuntar, llegando a contar con 3.725, la máxima cifra alcanzada, en la década de los 50 del siglo XX.
A partir de esta fecha, por diferentes causas: la postguerra, la disminución de los precios de venta de los productos obtenidos, años de malas cosechas y la aparición del fenómeno de la emigración, tanto a las ciudades más industrializadas de España, como a naciones extranjeras, se inicia una disminución en el número de habitantes, situándose actualmente en los 2.039.
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