Este municipio forma parte de:
Lopera - Jaén Paraíso Interior

Lopera
Municipio situado al noroeste de la provincia de Jaén, en la comarca de la Campiña jienense. Es el núcleo urbano más occidental de la provincia, limitando al oeste con pueblos de Córdoba.
Geográficamente se caracteriza por una orografía suave, propia de la campiña olivarera. Su economía se basa en la agricultura, siendo el cultivo del olivar el más destacado, aunque hay otros como el algodón, girasol, remolacha azucarera, maíz… que se siembran en las vegas del arroyo Salado. Quedan algunos reductos de viñedo de uva blanca y de cereal, que en su momento fueron importantes. Cuenta con una larga tradición vinícola, pero en la actualidad quedan muy pocas hectáreas plantadas de vid.
Su economía se complementa con la industria del mueble de madera, el sector de servicios y la construcción, entre otras actividades.
El río Guadalquivir cruza el término municipal por el norte y su afluente el arroyo Salado que discurre de norte a sur con escaso caudal.
Entre su rico patrimonio sobresale el Castillo de Lopera, la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, la Casa de la Tercia, el Ayuntamiento y las ermitas de Jesús El Nazareno, el Cristo del Humilladero y San Roque.
Información
Zona turística: Campiña de Jaén
Distancia a la capital (km): 54
Altitud sobre el nivel del mar (m): 276
Extensión (Km²): 67
N° de Habitantes: 4.028
Gentilicio: Loperanos
Código postal: 23780
Cultura
De los antiguos oficios artesanos que hubo en Lopera solo se han mantenido hasta hoy dos actividades relacionadas con la ebanistería: la sillería y la tornería. En ambos casos se trabaja siguiendo una línea clásica española, de aire renacentista y próxima al mueble que caracterizó a Granada en la primera mitad del siglo XX. De entre las diferentes maderas que se emplean destacan las de haya y castaño.
Otras labores artesanas, realizadas hoy solo por afición, se resisten a desaparecer. Es el caso de los "aguarines", realizados con varetas de olivo, que se utilizaban para transportar los cántaros de agua o los utensilios agrícolas a lomos de las bestias; o los trabajos de anea, sobre todo los realizados para los "culos" de las sillas tradicionales.
En la Plaza Mayor de Lopera nos encontramos los tres poderes fácticos: el poder militar, representado por el castillo-fortaleza de la Orden de Calatrava; el poder religioso, representado por la Iglesia de la Inmaculada Concepción y el poder civil, representado por el Ayuntamiento.
- El Castillo de Lopera. El castillo se sitúa en el centro de esta localidad. Fue construido por la Orden de Calatrava, a quienes se les entregó esta población tras su conquista en 1242. Tiene planta pentagonal irregular, defendiendo sus esquinas con torres o cubos cilíndricos y prismáti ...
Cultura
De los antiguos oficios artesanos que hubo en Lopera solo se han mantenido hasta hoy dos actividades relacionadas con la ebanistería: la sillería y la tornería. En ambos casos se trabaja siguiendo una línea clásica española, de aire renacentista y próxima al mueble que caracterizó a Granada en la primera mitad del siglo XX. De entre las diferentes maderas que se emplean destacan las de haya y castaño.
Otras labores artesanas, realizadas hoy solo por afición, se resisten a desaparecer. Es el caso de los "aguarines", realizados con varetas de olivo, que se utilizaban para transportar los cántaros de agua o los utensilios agrícolas a lomos de las bestias; o los trabajos de anea, sobre todo los realizados para los "culos" de las sillas tradicionales.
En la Plaza Mayor de Lopera nos encontramos los tres poderes fácticos: el poder militar, representado por el castillo-fortaleza de la Orden de Calatrava; el poder religioso, representado por la Iglesia de la Inmaculada Concepción y el poder civil, representado por el Ayuntamiento.
- El Castillo de Lopera. El castillo se sitúa en el centro de esta localidad. Fue construido por la Orden de Calatrava, a quienes se les entregó esta población tras su conquista en 1242. Tiene planta pentagonal irregular, defendiendo sus esquinas con torres o cubos cilíndricos y prismáti ...
Cultura
De los antiguos oficios artesanos que hubo en Lopera solo se han mantenido hasta hoy dos actividades relacionadas con la ebanistería: la sillería y la tornería. En ambos casos se trabaja siguiendo una línea clásica española, de aire renacentista y próxima al mueble que caracterizó a Granada en la primera mitad del siglo XX. De entre las diferentes maderas que se emplean destacan las de haya y castaño.
Otras labores artesanas, realizadas hoy solo por afición, se resisten a desaparecer. Es el caso de los "aguarines", realizados con varetas de olivo, que se utilizaban para transportar los cántaros de agua o los utensilios agrícolas a lomos de las bestias; o los trabajos de anea, sobre todo los realizados para los "culos" de las sillas tradicionales.
En la Plaza Mayor de Lopera nos encontramos los tres poderes fácticos: el poder militar, representado por el castillo-fortaleza de la Orden de Calatrava; el poder religioso, representado por la Iglesia de la Inmaculada Concepción y el poder civil, representado por el Ayuntamiento.
- El Castillo de Lopera. El castillo se sitúa en el centro de esta localidad. Fue construido por la Orden de Calatrava, a quienes se les entregó esta población tras su conquista en 1242. Tiene planta pentagonal irregular, defendiendo sus esquinas con torres o cubos cilíndricos y prismáticos. El interior de la fortaleza presenta un gran patio de armas, con un magnífico alcázar prácticamente rectangular en el centro formado por dos torres unidas por dos lienzos de muralla que forman un amplio adarve aspillerado, soportado por arcos de medio punto sobre contrafuertes. La torre de San Miguel que controla la puerta principal, alberga dos estancias abovedadas, una de ellas convertida posteriormente en un curioso palomar como testimonian las decenas de cubiles cerámicos que tapizan sus muros. La torre de Santa María es de planta rectangular, con dos estancias superpuestas. La situada en la planta baja fue completamente remodelada en 1535 tras las obras emprendidas por el comendador D. Juan Pacheco para la construcción de un oratorio, una pequeña capilla que completaba la significativa transformación llevada a cabo en el castillo para convertirlo en una residencia nobiliaria. Estas obras también afectaron al patín situado entre ambas torres, transformado en patio del palacio. El Castillo de Lopera pertenece a la base de datos de promojaen y dispone de ficha completa de información.
- La torre de Santa María o del Homenaje, guarda en su interior restos de una capilla gótica, realizada en el siglo XVI, cuando el castillo pasó a ser residencia nobiliaria. En la actualidad podemos disfrutar de un centro de interpretación dedicado a la Orden de Calatrava.
- Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. No se conoce con exactitud la fecha de su construcción, algunos historiadores sitúan el inicio de su construcción a principios del siglo XIV. Se observa una clara sucesión de estilos que van desde el gótico, propio de la Orden de Calatrava, hasta el Barroco. La planta basilical está divida en tres naves, destacando la central por ser más ancha y alta que las laterales. Estas naves están separadas por pilares cilíndricos que soportan las bóvedas de la cubierta, ojivales y de múltiples nervios. El retablo es de estilo neoclásico. En su exterior destaca la torre con base cuadrada sobre la que descansa un cuerpo octogonal y un tercero circular, con cuatro vanos y arcos de medio punto para las campanas. Terminando con un apuntado chapitel de aguja poligonal con teja vidriada.
- Casa de la Tercia. Era el antiguo pósito que actualmente se denomina “Casa de la Tercia”. El edificio que se debió construir en el siglo XVI es de ladrillo en sus gruesos interiores y de grueso tapial en sus paredes externas, con piedras de cantería que refuerzan las esquinas del edificio. No tiene elementos decorativos excepto dos cruces en lo más alto del caballete de la cubierta. Se utilizó para almacenar grano en la Edad Moderna y como bodega en la Contemporánea. Don Miguel de Cervantes pasó por aquí con el fin de recaudar fondos para la Armada Invencible.
- Las ermitas. Tiene Lopera varias y muy interesantes ermitas, entre las que destacamos: La Ermita del Cristo del Humilladero, del siglo XVIII y de estilo barroco; la Ermita de San Roque, del siglo XVI, también barroca; la Ermita de Jesús Nazareno, en donde la portada del siglo XVIII vuelve a ser barroca.
Naturaleza
Lopera, situada en la zona denominada Campiña baja y valle de Andújar, es el núcleo más occidental de los municipios jienenses. El río Guadalquivir atraviesa su término municipal por la parte norte, mientras que el arroyo Salado, afluente de este, serpentea de sur a norte, formando fértiles vegas.
La orografía es suave, con colinas onduladas, la típica campiña olivarera, que cuenta con otros cultivos de regadío localizados en las vegas bajas del arroyo Salado, tales como el algodón, girasol, maíz o remolacha azucarera.
La vegetación, con un predominio claro del olivo, presenta junto a los cauces de los ríos lo que denominamos bosque de galería: sauces, fresnos, taráis, mimbreras, chopos blancos y álamos negros.
La fauna está integrada, entre otros, por rapaces: águila culebrera, milano negro, cernícalo; carnívoros: zorro, conejo, liebre, comadreja, garduña, gineta, tejón; reptiles: el lagarto, serpientes; así como la avifauna propia de los bosques de ribera: la garza imperial, el martinete, o el aguilucho lagunero.
Lopera, por su suave orografía, es un lugar ideal para recorrer senderos en contacto directo con la naturaleza. Entre los parajes de la zona destacamos del paraje del Pilar Nuevo.
A un kilómetro escaso de la villa de Lopera, por el camino de las Espinillas, se encuentra el paraje del Pilar Nuevo, verdadero pulmón medioambiental de esta zona. El paraje cuenta con un pilar-abrevadero que data del año 1875, y una pradera poblada de árboles y presidida por la ermita del patrón de los agricultores, San Isidro Labrador. Sin duda un paraje ideal para pasar un día de campo.
Fiestas y Eventos
A lo largo del año se celebran en Lopera muchas y muy variadas fiestas de las que destacamos:
- La Candelaria se celebra desde el siglo XVII en la noche del 1 de febrero alrededor de las típicas “candelas” de ramón de olivos, que cada grupo de vecinos organiza en su barrio. Junto a esas hogueras habrá juegos, cánticos y bailes.
- Romería de la Virgen de la Cabeza. El penúltimo domingo de abril, la imagen sale en procesión por las calles de la localidad. El fin de semana siguiente los romeros se desplazan hasta el Cerro del Cabezo (Andújar) para participar allí en la Romería de la Virgen de la Cabeza.
- Romería de San Isidro. El día 15 de mayo, en el paraje denominado “Pilar Nuevo”, lugar en el que se encuentra la ermita del santo, se celebra esta arraigada fiesta de los agricultores. Se procesiona la imagen y detrás de ella desfilan carretas adornadas y caballerías enjaezadas, un espectáculo de color, cánticos y alegría.
- Los Mayos. Son una especie de armazón de madera, que se sustenta sobre unas andas y va cubierto de papel de colores, cintas, flores… y decorado con roscos de viento. En el centro del armazón van dos o más pisos, y en ellos se colocan tortas de bizcocho. Se utiliza para homenajear a alguien, niño o mayor, en su cumpleaños u onomástica… El Mayo se lleva hasta la casa del homenajeado y por el camino se cantan canciones. Terminada la procesión todos juntos degustan los roscos y golosinas.
- Certamen de Tunas de Lopera, es uno de los acontecimientos más esperados por los vecinos de Lopera. Se celebra el último fin de semana de julio. Participan tunas de jóvenes y no tan jóvenes de muchas partes del mundo. Es esos días todo es alegría, buen humor, canciones de ronda… Tradición que se ha ido transmitiendo de generación en generación.
- Corpus Christi, para la celebración de la procesión de este día, los vecinos de Lopera adornan sus calles con macetas, pequeños altares, banderas, flores y juncia que adornan el suelo. Participan los niños/as que han hecho la comunión ese año, y cuando finaliza la misma, ellos se encargan de recoger la juncia del suelo y preparar pequeños látigos.
- Fiestas en honor de San Roque. El santo fue nombrado patrón de Lopera en 1644. Se celebran las fiestas entre el 14 y el 16 de agosto, siendo el día 16 el día grande. Comienza este día con una Diana Mayor, a cargo de la Banda de Tambores y Cornetas. En la parroquia se celebra la fiesta religiosa en honor del patrón y tiene lugar la bendición de roscas de pan que se repartirán entre los devotos. Pero lo que más llama la atención es que los niños alumbran a San Roque con faroles hechos con sandías y melones a los que previamente se les ha vaciado la pulpa.
- Feria de los Cristos. Fiesta Mayor, Fiesta Real o Feria Grande son apelativos que hacen mención a la misma celebración: la Feria de los Cristos que, tras haber sufrido varios cambios de fecha y por referéndum popular, se desarrolla durante el penúltimo domingo de agosto. En Lopera, son dos Cristos crucificados los que se veneran: el de la Vera Cruz o Cristo Grande y el del Humilladero o Cristo Chico; calificativos que aluden al tamaño de las tallas de la Divinidad. El domingo, se procesiona la imagen del Cristo Grande, primero en recibir culto y cuya cofradía data del siglo XVI; al día siguiente, ocurre la alborada del Cristo Chico: disparos de salvas efectuados al amanecer por los cofrades. La fiesta religiosa se cierra el martes con la procesión de la imagen del Cristo del Humilladero acompañada por su soldadesca que se fundó en el siglo XVIII. En los festejos de este pueblo, conocido por su vino amontillado, destacan: la carrera de galgos (tradición perdida y recuperada en la actualidad), la lidia de dos vaquillas cada día degustando su carne el último día de fiesta en el Paseo de Colón y la animación de la Caseta Municipal con una verbena se prolonga hasta primeras horas de la mañana.
- Feria medieval, que se viene celebrando durante los últimos años en el Castillo, dentro del programa de la ruta de los Castillos y las Batallas.
Gastronomía
La gastronomía de Lopera sigue el denominador común de los pueblos de la comarca, utiliza el aceite de oliva virgen en todos sus platos, además de los productos obtenidos en sus tierras, ya sean verduras, frutas o carne de caza.
Entre sus platos más tradicionales, destacamos:
- “Trigo Pelao”, a diferentes verduras de la huerta como tomate, cebolla, ajo… se le añaden boquerones, almejas y granos de trigo. El trigo, previamente hay que echarlo en agua, pelarlo y dejarlo cocer durante unos 20 minutos, antes de juntarlo al resto de ingredientes.
- Potaje de garbanzos, a los que se añade bacalao y espinacas.
- Panecillos. Al perejil picado se le añade ajo, huevo y pan rallado que se amasan y hacen unas bolas que después se fríen.
- Truchas a la molinera. Las truchas previamente hay que tenerlas metidas en leche durante unas horas y después sacarlas, enharinarlas y freírlas.
- Maimones. Leche, azúcar y trocitos de pan, serán los ingredientes básicos de este plato.
- Perdiz en Doraillo, previamente se hace un sofrito de verduras, a lo que hay que añadir la perdiz troceada.
De la repostería un plato con mucho arraigo en Lopera:
- Cordiales, a las claras de huevos, hay que añadirles almendras, agua y azúcar.
Historia
Los primeros datos se remontan a la Edad del Bronce por los restos encontrados en algunos cortijos. De la época ibérica existen en el término municipal varios yacimientos, siendo el del Cerro de San Cristóbal uno de los más importantes de la Alta Andalucía.
Hay presencia de restos de la época romana en diversas zonas del municipio. Su nombre era “Polesi”. Muchos de los asentamientos romanos siguieron ocupados en época visigoda. El yacimiento más estudiado es el de la ciudad romano-visigoda de los “Morrones” que contaba con una basílica visigoda.
El actual núcleo de población surgiría, probablemente, en torno a los siglos X y XI en una pequeña alquería que poco a poco fue consolidando la población. En 1240, Fernando III el Santo, conquistó Lopera a los musulmanes y desde entonces hasta el siglo XVI estuvo bajo la jurisdicción de la Orden de Calatrava.
Felipe II decide en 1559, declararla villa independiente que se materializó mediante el pago que los vecinos hicieron a las arcas de la Hacienda Real.
Ya en el siglo XIX con la desamortización de los bienes de la Iglesia, los burgueses fueron aumentando su patrimonio. Cabe destacar la compra del Castillo por un diputado y alcalde de Lopera.
Ha sido un gran centro vinícola, llegando a funcionar hasta diez bodegas. En la actualidad solamente queda una.
En la Guerra Civil española se libró en el municipio del 27 al 29 de diciembre de 1936 la Batalla de Lopera, entre los Nacionales y la XIV Brigada Internacional. Fruto de este acontecimiento histórico, hay en la actualidad dos importantes nidos de ametralladoras conocidas popularmente como “trincheras”.
Tiene un Museo dedicado a la guerra civil en la torre de San Miguel, y también se levanta en el Pilar Viejo un monumento a los Brigadistas Internacionales.
La localidad rememora el enfrentamiento el tercer fin de semana de abril, en el que se recrea un “museo vivo” en el patio de armas del castillo, un pasacalles militar por el pueblo y se cierra la jornada con un baile de época en la plaza del pueblo.
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