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Ranas y sapos dormitan medio enterrados durante las horas de calor, mientras sus crías pasan de la vida acuática a la terrestre en el asombroso proceso de la metamorfosis.

Aunque las aves forestales están silenciosas, es una delicia escuchar el sonido de golondrinas y aviones comunes revoloteando sobre los tejados del pueblo al amanecer y al atardecer, para ser sustituidos por la noche por el canto incansable de los grillos.

Los mamíferos no se sienten muy cómodos con el calor, por lo que su vida es bastante apacible durante el día. El lirón careto incluso se aletarga en su hura -madriguera- hasta que refresque. Las hembras de los ciervos y las cabras monteses controlan a sus recentales -crías que aún son amamantadas- sin demasiados sobresaltos, y concentran su actividad durante la noche y al amanecer. El pelaje de los jabatos va perdiendo sus rayas para volverse rojizo, bajo la inquieta mirada de las ardillas, que en la copa de los pinos cuidan ya de su segunda camada anual.

Durante el día, el calor del verano nos hace pensar en las muchas posibilidades que nos ofrecen las zonas acuáticas del parque. Todos los pueblos tienen piscinas municipales cuyos precios son muy asequibles. Los ríos, cañones o embalses permiten hacer deporte en el medio más refrescante de todos, pero es importante que te informes de la actividad concreta que deseas hacer a través de la Consejería de Medio Ambiente  o de empresas autorizadas, pues hay zonas donde el grado de protección no es compatible con estos usos. El rafting, el kayak o el piragüismo son muy populares en el Guadalquivir, aguas abajo de la presa del Tranco, sobre todo entre junio y agosto, cuando el embalse desagua más. Puedes hacer rutas a caballo, o también originales excursiones nocturnas, a pie o en bicicleta de montaña, organizadas para disfrutar del frescor de esas horas. Y si eres de los que necesitan sentir la adrenalina, en la Sierra de Segura podrás descubrir el parque a vista de pájaro, con vuelos en paramotor o parapente.

El parque presenta las mejores condiciones para la observación del cielo y el descubrimiento de astros misteriosos y lejanos. Si dispones de equipo propio para la observación solo tienes que elegir un lugar alejado de fuentes importantes de luz, pero si deseas introducirte en este apasionante mundo puedes dirigirte a la Sierra de Las Villas donde el nuevo Centro de Divulgación Astronómica en la escuela unitaria de La Fresnedilla organiza numerosas actividades a lo largo del año, sobre todo en verano (sólo previa cita).

En verano, coincidiendo muchas veces con las fiestas locales del parque, vas a encontrar motivos para disfrutar de la noche al aire libre. En julio, las comarcas de Cazorla y de Segura organizan eventos donde la música es una de las protagonistas indispensables (ver Festival Internacional de Aire -FIA- y Blues Cazorla). Y a lo largo de toda la estación puedes conocer los cantos y bailes populares de distintos pueblos y aldeas visitando sus fiestas. Será difícil que, si visitas el parque en verano, no coincidas con alguna fiesta popular.

Este curioso juego se practica en todas las comarcas que forman parte del parque natural. Es un juego de origen antiquísimo –al menos del siglo XV- y la tradición oral ha permitido que se recupere su actividad, gozando hoy de fama y respeto en todo nuestro territorio. En verano, y otoño hay campeonatos en muchas localidades –Orcera, Beas de Segura, Pozo Alcón, Cazorla, Mogón, entre otras-. Es otra interesante forma de profundizar en el conocimiento de las costumbres serranas y la gente estará encantada de enseñarte a jugar. La Federación del Bolo Andaluz-Bolo Serrano tiene su sede en el parque. Acércate a este deporte, probablemente el único deporte autóctono andaluz.