Iglesia de la Encarnación

Monumentos

Calle Encarnación. 23712, Jabalquinto Cómo llegar

Si el Palacio de los Benavides es el más significativo artísticamente de los bienes culturales civiles en contraste con la pobreza estética y la simplicidad arquitectónica del Ayuntamiento, la representatividad religiosa la ostenta la iglesia parroquial de la Encarnación. Sus proporciones son discretas; su construcción se inició en el siglo XVI, pero el crecimiento demográfico a partir del último tercio del siglo XVIII precisó un largo proceso de ampliación que se consumó a lo largo de todo el siglo XIX. 

El elemento originario es su nave rectangular cubierta por una bóveda de medio cañón que descansa sobre arcos fajones que, a su vez, descargan sobre estribos. Muy posterior es el presbiterio, al que se accede por arco toral de medio punto, y cuyo testero plano recibe luz por ventanas con forma de trébol. Exteriormente, en el lateral derecho, a los pies, se levanta una espadaña con dos cuerpos, el inferior con dos vanos con arco de medio punto y el superior con un solo hueco de campanas. Sin embargo, lo más destacado de la parroquial es la portada, renacentista como la nave, comprendida entre verticalizados estribos. En el arco de medio punto una pequeña cartela enfatiza la clave y las enjutas contienen placas triangulares. Las jambas, en cambio, son lisas y las flanquean columnas acanaladas con capiteles corintios. El entablamento tiene arquitrabe doble y, por encima de él y de los jarrones de piedra de los extremos de la cornisa, se aprecia un llamativo medallón, sobre cartela apergaminada, con un relieve de la Virgen sedente con el Niño en las rodillas y un querubín a los pies.