Las aldeas de montaña
COMPARTE CON LOS PASTORES LAS FUENTES DEL RÍO SEGURA
Te esperan bellísimos embalses escondidos entre altas montañas y ríos cristalinos que han visto descender la madera de antiguos imperios. Podrás caminar por la altiplanicie más extensa de España, abrazar uno de los pinos más longevos y maravillarte con una población dispersa en multitud de aldeas rodeadas de montañas, que resultan insólitas en el sur de España. Los serranos han sabido adaptarse a un entorno bello y hostil, haciendo de la hospitalidad un reclamo más para el visitante.
Porque el clima y la geografía de este territorio no ha impedido que el ser humano se disperse a lo largo de más de 80 núcleos habitados –algunos por dos o tres personas-. Cada uno con su estilo de vida y sus aprovechamientos particulares; una muestra verdadera del arte de aprovechar los recursos sin agotarlos.
Estás en la tierra del cordero segureño, quizá el principal recurso de la zona, una raza de oveja diferente a todas las demás, que ha marcado el destino de esta parte de la sierra de Segura y que te permitirá disfrutar de uno de los manjares más conocidos y reclamados en toda España –no te vayas sin probarlo.
Tendrás la oportunidad de apreciar importantes muestras de pintura rupestre, presente en numerosas cuevas y abrigos, testigos de las andanzas de nuestra especie desde hace más de cinco mil años.
En el embalse de Las Anchuricas descubrirás uno de los paisajes más espectaculares de todo el Parque. Un auténtico lago verde entre montañas que refleja el color de los bosques que lo rodean, donde seguro que te sobrevolarán los buitres leonados.
Agua desde luego, no te va a faltar. Aquí está el nacimiento de la Toba, el del río Segura, el del Zumeta, las Juntas de Miller…
Y si lo que buscas es perderte en la naturaleza, esta es tu oportunidad. Miles de hectáreas donde tienes la sensación de que el mundo se ha parado, y donde las aves, ciervos y cabras monteses serán tus únicos acompañantes.
Te esperan bellísimos embalses escondidos entre altas montañas y ríos cristalinos que han visto descender la madera de antiguos imperios. Podrás caminar por la altiplanicie más extensa de España, abrazar uno de los pinos más longevos y maravillarte con una población dispersa en multitud de aldeas rodeadas de montañas, que resultan insólitas en el sur de España. Los serranos han sabido adaptarse a un entorno bello y hostil, haciendo de la hospitalidad un reclamo más para el visitante.
Porque el clima y la geografía de este territorio no ha impedido que el ser humano se disperse a lo largo de más de 80 núcleos habitados –algunos por dos o tres personas-. Cada uno con su estilo de vida y sus aprovechamientos particulares; una muestra verdadera del arte de aprovechar los recursos sin agotarlos.
Estás en la tierra del cordero segureño, quizá el principal recurso de la zona, una raza de oveja diferente a todas las demás, que ha marcado el destino de esta parte de la sierra de Segura y que te permitirá disfrutar de uno de los manjares más conocidos y reclamados en toda España –no te vayas sin probarlo.
Tendrás la oportunidad de apreciar importantes muestras de pintura rupestre, presente en numerosas cuevas y abrigos, testigos de las andanzas de nuestra especie desde hace más de cinco mil años.
En el embalse de Las Anchuricas descubrirás uno de los paisajes más espectaculares de todo el Parque. Un auténtico lago verde entre montañas que refleja el color de los bosques que lo rodean, donde seguro que te sobrevolarán los buitres leonados.
Agua desde luego, no te va a faltar. Aquí está el nacimiento de la Toba, el del río Segura, el del Zumeta, las Juntas de Miller…
Y si lo que buscas es perderte en la naturaleza, esta es tu oportunidad. Miles de hectáreas donde tienes la sensación de que el mundo se ha parado, y donde las aves, ciervos y cabras monteses serán tus únicos acompañantes.
