Sierra Morena

Comarca situada al norte de la provincia de Jaén, se encuentra limitada por el Oeste con La Campìña de Jaén, al norte con la provincia de Ciudad Real; al Este con la Comarca de El Condado y al Sur con los ríos Guadalimar y Guadalquivir.

La red de drenaje en la mitad norte de la comarca se ha ido encajando en profundos valles cuyas laderas muestran grandes bloques producto de la erosión del granito siendo una de las estructuras que más condiciona el paisaje de la Comarca: Las arenas también resultantes de este proceso son arrastradas por el agua y depositadas en las zonas bajas y los valles. En el contacto entre el batolito de granito y las rocas adyacentes, aparecen zonas de metamorfismo al que se asocian los yacimientos de minerales como hierro y plomo explotados desde la antigüedad.

La vegetación en esta mitad Norte está representada por el bosque y matorral mediterráneo con predominio de encinares, jaras, lentiscos, acebuches... con manchas de pinares de repoblación distribuidas sobre todo el entorno. En el ámbito de los bosques de ribera destacar la vegetación del arroyo de los Santos en su primera etapa, el río Jándula en la segunda y el río de la Campana en la última. En todos estos cauces predomina un cordón continuo de fresnos y alisos en buen estado de conservación.

Es precisamente en esta mitad norte donde se encuentra el Parque Natural de Despeñaperros y el Paraje Natural de la Cascada de la Cimbarra, donde se concentra un extraordinario patrimonio geológico, natural e histórico con espectaculares paisajes como Los Órganos, el Salto del Fraile o Las Correderas y donde habitan interesantes especies vegetales: perales silvestres, madroños y durillos o el robledal de quejigos y melojos del Collado de la Estrella, compartiendo el hábitat con el águila imperial o el buitre leonado.

Dada su estratégica ubicación, numerosas culturas desde la Prehistoria han dejado interesantes signos de su paso, la íbera, en el Santuario del Collado de los Jardines, donde se encuentra la Cueva de los Muñecos o la antigua calzada romana empedrada.

Las características de la mitad Sur de la Comarca son bien distintas, presentando un paisaje típico de Campiña con predominio de suaves llanuras que llegan a las vegas de los ríos Guadalquivir y Guadalimar.

Destaca la cría del toro de lidia que podemos encontrar, junto al ganado vacuno, pastando en extensas dehesas y navas de encinas, sobre todo en las cercanías a Baños de la Encina y La Carolina.

Elementos etnológicos relacionados con la larga actividad minera desarrollada en el pasado en los yacimientos de la Carolina y entorno de Baños de la Encina se confunden con los castillos, atalayas y torres vigía, testigos del pasado fronterizo entre los reinos cristianos y musulmanes, por ejemplo los castillos de Baños de la Encina o el de las Navas de Tolosa.

La actividad cinegética también ha dejado su huella en el Territorio, localizándose grandes fincas dedicadas a la caza mayor del ciervo y el jabalí.

De la artesanía destacar los numerosos talleres de cerámica que producen todo tipo de objetos: platos, lebrillos o botijas y la carpintería artesanal, de forja y la taxidermia.

El visitante puede recorrer la Comarca gracias a los numerosos senderos, que le abrirán el apetito para disfrutar de la rica gastronomía de la zona basada en los productos típicos de la Sierra como carnes de caza mayor o menor, gamo, perdíz o liebre y los níscalos y espárragos, cocinados con aceite de oliva.

Entre las especialidades destacar: las migas de patata, el calderillo, el ajoharina, la perdiz en escabeche o el paté de perdiz, cordero, choto o cerdo asados a la brasa y la ensalada de cominos y embutidos como el chorizo o la morcilla. Los más golosos pueden probar los rosquillos de vino, los borrachuelos, los hornazos y los rosquillos gachamillos, helado con aceite de oliva o el dulce papajote sin olvidar los pasteles de hojaldre, mantecados, roscos de anís, polvorones, y mazapán de Guarroman.

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